Así lo manifestaron en la tercera jornada del juicio que se sigue desde el pasado lunes contra treinta presuntos terroristas que, según la Fiscalía, formaban parte de la célula islamista liderada por Mohamed Achraf, que había preparado atentar contra varios objetivos emblemáticos de Madrid, entre ellos la Audiencia Nacional, el Tribunal Supremo o la estación ferroviaria de Príncipe Pío.

Según los fiscales Pedro Rubira y Dolores Delgado, que piden para Mahdi y Yala 13 años y medio de cárcel por integración en organización terrorista y por falsificación en documentos oficiales, Achraf reclutó a estos dos acusados en Holanda y los trasladó a España para que se encargaran del aparato de falsificación.

Ambos procesados, que fueron detenidos el 18 de octubre de 2004 en distintas localidades almerienses, han negado que los efectos hallados en sus domicilios fueran suyos y Mahdi explicó que compró, junto a Yala, un ordenador y un escáner como regalo para sus hijos.

A preguntas del fiscal, Yala, que negó ser un musulmán radical, relató que conoció al confidente Abdelkader El Farssaoui, conocido como "Cartagena" -testigo protegido en esta causa (también en el juicio del 11-M); cuyas informaciones permitieron desarticular la "operación Nova"-, porque era el imán de la mezquita de Cabañuelas (Almería); y señaló que lo vio en tres ocasiones.

Antes de comenzar la sesión, los policías entregaron a los veinte acusados que siguen el juicio desde el habitáculo blindado un papel en blanco y un bolígrafo, mientras que los periodistas que cubren la vista tuvieron que ocupar los asientos situados en el lado opuesto a la "pecera", a petición del presidente del tribunal, Alfonso Guevara.

Esto sucede después de que en la primera jornada Achraf, cuyo nombre real es Abderraman Tahiri, se dirigiera a los periodistas para denunciar que la acusación que pesa sobre ellos es "un montaje" de los servicios secretos españoles.