El Gobierno no asistirá hoy a la toma de posesión del presidente electo de Cataluña, porque "desde la Generalitat se le ha intentado imponer el nivel de la delegación gubernamental, cosa que no ha aceptado", han informado fuentes del Ejecutivo.

Asimismo, el Gobierno considera que "el modelo de acto organizado por la Generalitat degrada la propia dignidad de la institución".

Torra tomará posesión en un acto breve, discreto, sin parlamentos y sin apenas invitados en el Palau de la Generalitat, 202 días después de la destitución del Govern de Carles Puigdemont.

Para tomar posesión, repetirá la fórmula que usó su predecesor en el cargo, Carles Puigdemont, quien en 2016 evitó toda referencia a la Constitución y al Rey.

En 2016, al relevar a Artur Mas, Puigdemont respondió afirmativamente a la pregunta que le formuló la entonces presidenta del Parlament, Carme Forcadell: "¿Promete cumplir lealmente las obligaciones del cargo de presidente de la Generalitat con fidelidad a la voluntad del pueblo de Cataluña representado por el Parlament?".

Después de días de negociación entre las administraciones central y catalana sobre el formato que debe tener la ceremonia, Torra, que quería un acto austero y sin invitados, tomará posesión, posiblemente, en el Saló Verge de Montserrat de Palau, antesala del despacho del president, en lugar del tradicional Saló de Sant Jordi.

Torra defendió el martes que quería que fuera un acto íntimo y sencillo para "constatar la situación de excepcionalidad y la tristeza" por tener a miembros del anterior Govern en la cárcel y en el extranjero.

La fórmula elegida por Torra

Quim Torra no estará obligado a acatar el Estatut y la Constitución en el momento de tomar posesión del cargo porque hay una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) que le exime de ello.

Él ya ha dicho que no lo hará y que usará la misma fórmula para tomar posesión que la que utilizó Puigdemont, que fue 'cumplir lealmente las obligaciones del cargo de presidente de la Generalitat con fidelidad a la voluntad del pueblo de Cataluña representado por el Parlament'.

Aquel episodio acabó en los tribunales pero sin consecuencias: Unión Cívica Española-Partido por la Paz denunció que Puigdemont no prometiera o jurara lealtad al Rey y a la Constitución, pero el TSJC aseguró que no tenía obligación legal de hacerlo: esta sentencia es la que ahora exime a Torra.

La medalla del presidente

La toma de posesión de Torra se afronta con otra particularidad: normalmente es el presidente de la Generalitat saliente el que cede la medalla presidencial a su sucesor, pero en este caso eso no va a ser posible porque Puigdemont está en Berlín y quien dirige la Generalitat es el Gobierno central.

Una posibilidad es que sea el presidente del Parlament, Roger Torrent, quien le ponga la medalla, pero Torra es reticente a ello teniendo en cuenta que querría que hubiera sido Puigdemont, aunque el martes dijo: "Torrent tiene que estar en el acto, igual que mi familia".