El Rey Juan Carlos cumple este viernes 80 años y la Casa Real tiene previsto conmemorar tanto su cumpleaños como el de Doña Sofía, que alcanzará la misma edad el 2 de noviembre, impulsando una serie de iniciativas y actos públicos con diversos ámbitos de la sociedad civil a lo largo de todo el año.

Don Juan Carlos no celebrará su 80 cumpleaños con un acto oficial, como sí han hecho otros veteranos monarcas europeos que siguen ejerciendo como jefes de Estado --los propios Juan Carlos y Sofía han acudido en los últimos años al 80 cumpleaños de Harald de Noruega y al 70 de Gustavo de Suecia--.

Los planes pasan más bien por conmemorar los aniversarios a lo largo de todo 2018, un año en el que, además, será el 50 cumpleaños del Rey Felipe (el 30 de enero) y se celebrarán los 40 años de la Constitución, el 6 de diciembre.

La primera ocasión será este sábado 6 de enero, con motivo de la Pascua Militar, a la que acudirán Don Juan Carlos y Doña Sofía por primera vez desde la proclamación de Felipe VI.

Será, además, la primera vez que podrá verse juntos en un acto oficial al Rey actual y al anterior desde junio de 2017, cuando ambos asistieron al estadio Vicente Calderón para la presentación del informe COTEC.

Pocos días después de aquel acto se celebró en el Congreso de los Diputados el 40 aniversario de las primeras elecciones democráticas, con un discurso de Felipe VI ante las Cámaras al que no fue invitado su padre. Según publicaron entonces 'El País' y 'El Mundo', Don Juan Carlos hizo saber a su entorno que estaba molesto por no haber sido invitado. Zarzuela atribuyó la decisión al protocolo del formato elegido para el acto.

Abdicación en junio de 2014

Desde que abdicó en junio de 2014, el Rey Juan Carlos ha mantenido agenda oficial como parte de la Familia Real, pero junto a su sucesor ha aparecido en contadas ocasiones. Sí se les ha visto juntos en los actos de la Fundación COTEC y también, el pasado junio, en el 300 aniversario de la Compañía de Guardias Marinas, el 40 aniversaro de la Fundación Reina Sofía o, en 2016, en el 30 aniversario de la adhesión de España a las Comunidades Europeas. También, en 2015, en el almuerzo con motivo del primer aniversario de la proclamación de Felipe VI.

Los últimos tiempos del reinado de Juan Carlos I supusieron un desgaste para la institución, con la Infanta Cristina y su marido, Iñaki Urdangarin, sentados en el banquillo por el 'caso Nóos', el viaje de caza del Rey a Botswana que se hizo público porque se fracturó una cadera y tuvo que ser operado, y numerosas intervenciones quirúrgicas (nueve desde 2010), todo ello con España atravesando una grave crisis económica.

Sin embargo, durante la mayor parte de sus 39 años de reinado, Don Juan Carlos gozó de altas tasas de popularidad, en buena medida por su papel en la Transición que condujo a España a la democracia tras la muerte del dictador Francisco Franco.

Juan Carlos I fue proclamado Rey el 22 de noviembre de 1975 y un año y medio después se celebraban las primeras elecciones democráticas y otro año y medio más tarde España tenía su Constitución. Además, su figura quedó unida al fracaso del golpe de Estado que intentó el teniente coronel Antonio Tejero, en febrero de 1981, con su aparición en televisión en defensa de la Constitución.

El hoy Rey emérito nació en 1938 en Roma, donde su familia estaba exiliada, y no pisó suelo español hasta 10 años después, gracias a un acuerdo entre su padre y el dictador Franco para que estudiase en España. Franco le nombró heredero de la Jefatura de Estado en 1969 y, aunque juró lealtad a los Principios del Movimiento, alentó la Ley de Reforma Política la Transición a la democracia.

Aquellos primeros años de reinado estuvieron jalonados de hitos: Don Juan Carlos recibió al que había sido el último presidente de la Generalitat, Josep Tarradellas, a su regreso del exilio, fue el primer jefe de Estado español en visitar la URSS y firmó la adhesión de España a la entonces Comunidad Económica Europea.

En el mensaje en el que anunció su abdicación, el propio Juan Carlos se refirió a su reinado como un periodo "iniciado en plena juventud y en momentos de grandes incertidumbres y dificultades, un largo período de paz, libertad, estabilidad y progreso", si bien justificó su decisión en la necesidad de dar "un impulso de renovación, de superación, de corregir errores y abrir camino a un futuro decididamente mejor".