El Gobierno cesó a primera hora del sábado a Josep Lluis Trapero como Mayor de los Mossos d'Esquadra, después de publicar esa destitución oficialmente en el Boletín Oficial de Estado. La decisión se adoptó mediante una orden del Ministerio del Interior firmada por el titular de este departamento, Juan Ignacio Zoido, quien asumió las competencias de este área en la Generalitat de Cataluña. Esta medida no fue adelantada el viernes en el paquete de iniciativas anunciadas por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en aplicación en Cataluña del artículo 155 de la Constitución y tras lograr el preceptivo aval del Senado. El ministro Zoido aseguró ayer que el cese de Trapero se debe a su «situación judicial».

Poco después de este anuncio se conoció que será Ferrán López, hasta entonces Comisario Superior de Coordinación Terrirorial de los Mossos, el sustituto de Trapero al frente del cuerpo de seguridad catalán. Fuentes cercanas al Gobierno indicaron a Efe que se tomó esta decisión al considerar que lo lógico era aplicar la normativa de la policía autonómica para el nombramiento de este tipo de cargos, que fija a este comisario del Cuerpo como sustituto en caso de ausencia o cese del anterior major. Además, añadieron, que con ello se mantiene el espíritu de colaboración con Cataluña y la lealtad con la comunidad autónoma y su policía. En un comunicado, Interior precisó que Ferrán López es el «número dos» de los Mossos y por tanto «se materializa el principio de respetar el escalafón existente en la Policía Autonómica de Catalunya».

Asimismo, precisó que la actuación del Ministerio dentro de los Mossos d'Esquadra se realizó «desde la máxima consideración al escalafón de este cuerpo policial, aplicando de esta manera un criterio de escrupuloso respeto a la jerarquía». El nuevo jefe del cuerpo, López, envió ayer mismo una carta interna a la que tuvo acceso Efe en la que solicitó a los Mossos continuar trabajando con la misma «profesionalidad y lealtad» con la que han actuado hasta ahora yen la que les garantizó que mantendrá intacta la actual estructura de mando y el «normal funcionamiento del cuerpo».

Trapero acata su cese

Por su parte, el hasta ayer mayor de los Mossos d'Esquadra, Josep Lluís Trapero, acató su cese por parte del Gobierno y pidió a los agentes de la policía catalana que mantengan la «lealtad y comprensión» hacia las decisiones de los mandos que le relevarán.

En una carta dirigida a los agentes del cuerpo de seguridad catalán, Trapero afirmó que para él ayer no fue un «día fácil» porque le comunicaron su cese como mayor, si bien subrayó el «inmenso honor» que le supuso estar al frente de los Mossos y reivindicó que la policía catalana es una organización «profesional, moderna y eficaz, con una ambición constante para sobresalir en todo lo que hace».

«Hoy me ha sido comunicado el cese como jefe del cuerpo de los Mossos d'Esquadra. No es un día fácil para mí», reconoció Trapero en el escrito, después de que el Gobierno le destituyera de su cargo como mayor en aplicación del artículo 155 de la Constitución, alegando que está imputado por sedición por la Audiencia Nacional. Trapero mostró en la misiva todo su afecto a los agentes del cuerpo, integrado por 16.783 efectivos, y expresó el «inmenso honor y agradecimiento por haber sido» su jefe.

Los consellers, sin escolta

Además, a última hora de ayer se anunció la retirada a los consellers del servicio de escolta que les brindaban los Mossos tras haber sido cesados de sus cargos por el Gobierno en virtud de la aplicación del 155. Pese a ello, se mantiene la protección para Puigdemont por motivos de seguridad, como ocurre con los expresidentes de la Generalitat. Una medida que, incluso, también podría extenderse a algún exconseller en función del riesgo que se calibre para su seguridad.

La mayoría de los consellers se despidieron de sus escoltas de los Mossos , así como de sus chóferes, lo que sorprendió a los agentes, que desconocían que ya no iban a prestar más el servicio a los miembros del Govern.

Según las fuentes, la retirada del servicio de escoltas es una decisión del nuevo jefe de los Mossos, Ferrán López, adoptada por criterios técnicos y no políticos, como ocurre en la mayoría de casos en que un conseller deja el cargo. De hecho, según las mismas fuentes, entra dentro de la normalidad retirar el servicio de escolta a los consellers que han dejado de serlo y conservarlo para el expresidente, como se ha hecho siempre hasta el momento.