Un preso ejemplar, sin altercados, malos gestos con los funcionarios ni ningún atisbo de radicalidad para pasar totalmente desapercibido. Así se comportó Abdelbaki Es Satty, el imán de Ripoll considerado como el presunto cerebro de los atentados de Barcelona y Cambrils, durante los algo más de los dos años efectivos que cumplió de condena en el centro penitenciario de Castellón I, según aseveran varios funcionarios que coincidieron con él. Fruto de esta conducta intachable la Junta de Tratamiento del Centro Penitenciario emitió un informe destacando la ausencia de sanciones, la buena conducta del recluso y su integración en la vida carcelaria.

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En base a dicho informe favorable, fuentes del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV) informaron que el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de Castellón otorgó a Es Satty tres permisos de salida entre 2013 y 2014, a propuesta del Centro Penitenciario de Castellón. El reo cumplía una condena de cuatro años de prisión por un delito de tráfico de drogas, dictada por el Juzgado de lo Penal número 2 de Ceuta.

Respecto a la investigación a la que fue sometido por los servicios de Información de la Guardia Civil y por la que estuvo incluido en los Ficheros de Internos de Especial Seguimiento (FIES), aunque finalmente se determinó que no había indicios de radicalización, fuentes del TSJCV aseguran que «al juzgado no le consta ninguna información relativa a la vinculación de Es Satty con la actividad terrorista, ni su posible inclusión en el citado fichero FIES».

De hecho, durante su estancia en la prisión de Castellón el preso realizaba una actividad laboral remunerada dentro de la cárcel y los tres permisos fueron concedidos a propuesta del centro y no contaron con la oposición del Fiscal.

Asimismo, durante el cumplimiento de su condena el imán de Ripoll solicitó el acceso al tercer grado penitenciario, pero la Junta de Tratamiento de la propia cárcel se lo denegó. La decisión de la prisión no fue recurrida por el recluso ante la Dirección de Instituciones Penitenciarias, por lo que el juzgado no tuvo que pronunciarse sobre ella.

De esta forma, el interno comenzó a disfrutar de sus permisos en el año 2013, según fuentes del TSJCV. «Con anterioridad le habían sido denegadas otras salidas por no haber cumplido la parte de la condena que da derecho a las mismas», aclararon estas mismas fuentes. Es Satty, que salió de la cárcel el 29 de abril de 2014, tampoco accedió durante su estancia en prisión a un grado que le permitiera disfrutar de un régimen de semilibertad.

Apoyo al juez que anuló la expulsión

En 2015 un Juzgado de lo Contencioso de Castellón anuló una orden de expulsión dictada por la Subdelegación del Gobierno después de que Es Satty recurriera. Desde Jueces para la Democracia defienden la sentencia dictada por su compañero. Como ya indicó el TSJCV, el magistrado consideró que el recurrente, residente de larga duración, había demostrado su «evidente arraigo laboral y esfuerzos para integrarse en España, mediante la acreditación de un contrato de trabajo actual y un periodo de cotización de más de seis años». Además tuvo en cuenta que solo era un hecho delictivo y la antigüedad del mismo, cometido en 2010.