«Cuando ocurren estas cosas tan desgraciadas es cuando te das cuenta de la grandeza de la gente». Es lo que quiere resaltar la oriolana herida en el atentado yihadista en Barcelona. Lola Grao dice sentir «sólo agradecimiento a los catalanes, que tienen un gran corazón y demostraron su solidaridad con los que resultamos heridos en La Rambla». «Los que estaban bien nos ayudaron a todos los que estábamos tirados en el suelo y nos sacaron de allí».

Grao cuenta como los policías, a pesar del caos, evacuaron y pusieron a salvo a los viandantes que no habían sido heridos de gravedad. «Había muchos policías y la sensación que tuve es que estaban ahí y estaba protegida. Nos trataron muy bien tanto los Mossos d'Esquadra como la Guardia Urbana». «Tras refugiarnos en el Carrefour, un policía vio que cojeaba y me llevó al hospital de campaña y pusieron a mi disposición todo lo que me hiciera falta. Allí me vio un psicólogo».

Lola no se acuerda bien de quien le ayudó a levantarse, aunque se siente muy agradecida y de ver como los vecinos de la zona les ofrecieron hasta su casa. «La gente se portó de manera increíble, a pesar del peligro que podía haber, porque no sabíamos si había más terroristas y además los agentes alertaron de que el conductor había huido, pero hubo quien no salió corriendo sino que se metió en La Rambla para ayudarnos, fue increíble», recuerda emocionada.

Ahora sólo quiere olvidar y estar con sus hijos mellizos de 13 años. «Quiero pasar el máximo tiempo posible con mis hijos. Tu otro yo se muere tras vivir en primera persona algo así. Sólo pensaba en volver a Orihuela para abrazar a mis niños y coger fuerzas mentalmente».

Entre lágrimas, explica que sus hijos no estaban con ella porque surgió un contratiempo y se quedaron en Orihuela. «Podían haber estado allí. Al ver a esos pequeños en el suelo pensé en mis hijos, que podían ser ellos». «La vida me ha dado otra oportunidad para estar con ellos, mis padres y amigos. No todos lo pueden decir», exclama.