Hay momentos en que se anuncia el triunfo de La la land, pero finalmente siempre se impone Moonlight. Cuando el arco político se tensa, todo parece decidido para promover el cambio, pero sólo son impresiones, pues si se rasca levemente en la posición de cada parte, es inevitable concluir que todo sigue como al principio de este proceso. Hay unanimidad entre los tres grupos de la oposición en que Pedro Antonio Sánchez ha de dimitir, pero dado que el protagonista no se presta a aceptar ese mandato, el problema consiste en cómo destronarlo. Y ahí no hay coincidencia alguna.

Podemos insta al PSOE, desde el principio, a que presente una moción de censura sin más compromiso que el de apoyarla en la investidura del presidente sustituto de PAS, que en buena lógica sería el jefe de los socialistas, Rafael González Tovar. Y nada más. Del apoyo parlamentario posterior al nuevo Gobierno ni se habla. Pero la posición de Ciudadanos es todavía más complicada: pretendían inicialmente que los socialistas presentaran la moción de censura, ya que sólo ellos disponen del suficiente número de diputados para hacerlo, pero para convocar de inmediato unas elecciones autonómicas, es decir, quieren que caiga el presidente del Gobierno, pero para que el nombre del próximo lo decidan las urnas, no la actual mayoría parlamentaria. El PSOE no contempla esa posibilidad, pues en esta fase se encuentra en modo reconstrucción mediante sus propias elecciones primarias y, además, la flamante ley electoral a cuya aprobación contribuyó con sus votos no le beneficiaría, a diferencia de a Ciudadanos.

Dado que los socialistas no se prestan a seguir el guion de Ciudadanos, éstos han ingeniado la posibilidad de presentar ellos mismos la moción de censura (que apellidan 'instrumental'), un recurso para el que sus cuatro diputados son insuficientes, ya que la iniciativa ha de ir firmada por un mínimo de siete. Así, han contraprogramado la oferta del PSOE, que les pide sus votos decisivos para que tenga éxito la opción 'Tovar presidente' pidiéndole a Tovar que les preste tres diputados para que ese cargo lo ocupe circunstancialmente Miguel Sánchez, el líder parlamentario de Ciudadanos, con el único fin de convocar elecciones en un breve tránsito.

Son posturas incompatibles. González Tovar quiere gobernar; Ciudadanos aspira a ir a elecciones. Miguel Sánchez pretende registrar el próximo lunes una moción de censura para la que no cuenta con las suficientes firmas, y reprochará al PSOE su falta de apoyo para sacar al PP del poder. Por su parte, los socialistas acusarán a Ciudadanos de 'marear la perdiz' con iniciativas inviables en el supuesto de que la propia es la verdaderamente efectiva, una moción de censura que proclame presidente a Tovar para los dos años que restan de legislatura con una carta de propósitos que podrían ser consensuados tanto por Podemos como por Ciudadanos.

Pero el partido liderado por Albert Rivera, que tiene en su mano el futuro del presidente de la Comunidad autónoma, ha destinado a un mismo cesto las cabezas de Pedro Antonio Sánchez y de Rafael González Tovar. De este modo, la alternativa socialista al Gobierno popular no se producirá en modo alguno, pues la llave de Ciudadanos no está disponible para abrir la puerta a un Gobierno distinto al de PP, salvo en el caso de que lo presidiera alguien que no sea PAS, y para que éste no se mantenga en el cargo sólo plantean una solución: convocar elecciones anticipadas. Desde que el TSJ aceptó el recado de la jueza instructora del caso Auditorio, que suponía la imputación del presidente de la Comunidad, nada ha cambiado en términos políticos. El PP se mantiene en sus trece, y la oposición no consigue encontrar una estrategia común; todo lo demás es ruido.

No a PAS; no a Tovar

Parece claro que las gestiones de Miguel Sánchez en Madrid ante la cúpula de su partido a principios de este semana han desembocado en un veto estricto a González Tovar. Ya lo anunció Rivera hace días: «Que Tovar se olvide de ser presidente», pero la resistencia de PAS a dimitir y la inviabilidad de otras soluciones alternativas, transmitieron la impresión de que Ciudadanos podría optar por el 'mal menor', para ellos, de un Gobierno socialista. Sin embargo, a la vista de la nueva iniciativa de Miguel Sánchez, la 'moción de censura instrumental', no hay duda de que la cúpula de Ciudadanos no está dispuesta en modo alguno a facilitar un Gobierno socialista en Murcia. Así debe haberlo entendido ya el propio González Tovar, quien ayer emitía declaraciones despectivas contra Ciudadanos, una manera poco habilidosa de tratar a quien se intenta seducir como futuro aliado, tal vez porque tras la conversación de su hija, la diputada María González Veracruz, con el secretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, no le queda ya duda alguna de que no será presidente con el voto de ese partido y no podría serlo de otra manera. En Ciudadanos son taxativos: no a González Tovar, si bien quedan suspendidos los comentarios si se sugiere que el líder de la moción pudiera ser otro miembro del Grupo Socialista, algo que tampoco parece posible, pues el jefe del partido no lo facilitaría.

Esta es la razón por la que Tovar se ha adelantado a precisar que para su moción de censura no 'tiene prisa'. Desde luego, evitará presentarla si observa que no cuenta con los apoyos suficientes para que resulte un éxito, pues es consciente de que la Gestora federal del PSOE se lo haría pagar, y por otro lado, abriría la puerta a una segunda opción, con la firma de otro grupo de sus propios diputados que ya no lo propondrían a él como presidente. En el fondo de todo esto reside la idea de que si la candidata inicial a la jefatura del Gobierno fuera Rosa Peñalver, la presidenta de la Asamblea, con toda probabilidad Ciudadanos le daría el visto bueno, pero esto supondría un desajuste interno imposible de manejar en el actual estatus del PSOE murciano, y la propia Peñalver debe ser consciente de ello, razón por la que se resiste a escuchar cantos de sirena al respecto.PAS, sólo atento al juez

Mientras tanto, Pedro Antonio Sánchez permanece más atento a la evolución judicial de su caso que a las circunstancias políticas alrededor del mismo, a la vista de que éstas le prestan tiempo y espacio.. PAS está pendiente de las comparecencias del lunes ante el juez Julián Pérez Templado, quien pedirá ritualmente la ratificación en sus informes de parte a cuatro expertos que avalan la actuación del que fuera alcalde de Puerto Lumbreras, y habrá, al parecer, un careo entre éstos y el perito que firmó en su día el informe de la Fiscalía, que no observó desviación presupuestaria en la subvención de la consejería de Cultura que se aplicó en la construcción del famoso Auditorio. Tras estas diligencias, el abogado del presidente solicitará el archivo del caso, y no es posible prever si esta decisión tendrá éxito. Pero cabe suponer que la resolución final no se hará esperar demasiado. Sobre ella, en el PP están completamente seguros de que se dará el carpetazo, pero en Ciudadanos y Podemos ni siquiera conciben esa posibilidad.

Desde que se produjo la imputación del presidente, todo inducía a una previsible solución La la land, pero cuando el Oscar ya se sostiene en manos de los productores hay quienes avisan de que el premio es para Moonlight. Nada puede darse por cierto hasta el final del final.