Álvaro Pérez, conocido como 'El Bigotes', responsable de Orange Market S.L., y Pablo Crespo, número dos de la trama Gürtel, salen desde la cárcel de Picassent (Valencia) hasta la de Zuera, en Zaragoza, donde pasarán la noche hasta que este viernes sean dirigidos a la de Valdemoro.

Por su parte, Francisco Correa será trasladado este viernes en ambulancia hasta este último establecimiento penitenciario ante una "dolencia" que padece desde hace tiempo, según han informado a Europa Press fuentes judiciales.

Los tres cabecillas de la trama Gürtel, Correa, Crespo y 'El Bigotes' ingresaron este martes en la prisión de Picassent por decisión del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV), que estimó riesgo de fuga elevado tras sus condenas por la pieza 3 del caso Gürtel relativa a los amaños en Fitur. Están condenados a penas que oscilan entre los 12 y 13 años de cárcel.

Sin embargo, los condenados deben estar próximos a Madrid puesto que están siendo juzgados también por otra pieza del caso Gürtel. En concreto, en la Audiencia Nacional quedan pendientes de instruirse o juzgarse cinco piezas valencianas más de este procedimiento.

De esta forma, este jueves se traslada a Crespo y a 'El Bigotes' hasta la cárcel de Zuera, en Zaragoza, donde pernoctarán, y mañana serán llevados hasta la de Valdemoro, donde coincidirá con Francisco Correa. Este último acudirá directamente el viernes desde Picassent en ambulancia ante una dolencia que padece desde hace tiempo.

Francisco Correa ha sido condenado a 13 años de prisión por los amaños de Fitur; mientras que se han fijado penas de 13 años y tres meses para Crespo y otros 12 años y tres meses para Pérez.

Riesgo de fuga

En una vistilla celebrada este martes en el tribunal valenciana, la fiscal Anticorrupción encargada de esta pieza, Ana Cuesta, solicitó el inmediato ingreso en prisión para los tres por el elevado riesgo de fuga, ante la gravedad de las penas fijadas y ante las piezas pendientes de Gürtel que se hallan en la Audiencia Nacional. Las defensas se opusieron y ofrecieron medidas alternativas.

El tribunal, tras estudiar todas las manifestaciones, concluyó que los tres cabecillas debían ingresar en prisión puesto que con la condena de la pieza 3 de Gürtel aumentaba "de forma considerable" el riesgo de fuga.