El nuevo fiscal general del Estado, José Manuel Maza Martín, ha tomado hoy posesión de su cargo en un acto celebrado en el salón de plenos del Supremo (TS) y en el que ha tenido como padrino a Luis Navajas, teniente fiscal del Supremo.

Maza Martín, magistrado del Tribunal Supremo, se ha convertido así en el más alto representante del Ministerio Público en un acto de apenas diez minutos de duración, al que ha asistido la presidenta del Congreso, Ana Pastor, y el ministro de Justicia, Rafael Catalá.

Tras dar lectura al real decreto aprobado por el Gobierno por el que se nombra a Maza, el teniente fiscal del Supremo Luis Navajas ha salido a la puerta del Salón de Plenos del alto tribunal a recibir al nuevo fiscal.

El nuevo fiscal general no ha pronunciado discurso en la ceremonia, que ha estado presidida por el presidente del alto tribunal y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Lesmes.

Al acto han asistido también Francisco Pérez de los Cobos, presidente del Tribunal Constitucional, y de nueve magistrados del mismo, que han suspendido el pleno de la institución a media mañana para acudir.

También han asistido numerosos magistrados del Supremo, como Cándido Conde Pumpido, exfiscal general y compañero de la Sala de lo Penal de Maza, así como los antecesores en el cargo de éste, los exfiscales del Estado Eduardo Torres Dulce y Consuelo Madrigal.

Maza prometió ayer su cargo ante el Rey una vez fue nombrado el pasado viernes por el Gobierno tras recibir el aval del CGPJ y cumplir el trámite de su comparecencia ante la Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados.

Ante los diputados, Maza Martín defendió la "autonomía e imparcialidad" de la Fiscalía y dejó claro que esa institución "no debe, ni puede recibir, ni cumplir órdenes ajenas".

"El Gobierno puede dirigirse, no dar ni instrucciones ni órdenes, dentro de una saludable y lógica relación institucional", manifestó el fiscal general, que dijo tener la "absoluta confianza" de que el Gobierno y Catalá van a respetar esa autonomía.

De esta forma trató de zanjar las dudas que su figura despierta en los grupos de la oposición, que alabaron su currículum sin dejar de mostrar sus "recelos" respecto a su independencia del Gobierno. A todo ellos les respondió que su autonomía está "totalmente garantizada" en su persona.

El nuevo fiscal general prometió ser enérgico en la lucha contra la corrupción y aplicar el Código Penal, incluso en aquellas cuestiones con las que no está de acuerdo, como la prisión permanente revisable.

Su principal reto será impulsar el cambio en el sistema procesal penal toda vez que el Ejecutivo trabaja ya en una reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, que establece que sean los fiscales quienes dirijan las investigaciones penales en lugar de los jueces instructores, que pasarán a ser jueces de garantías.

De hecho, Maza Martín reclamó a los parlamentarios que aborden de manera "inaplazable" la reforma de la ley procesal que calificó de "imprescindible", una opinión que comparte también el presidente del Poder Judicial, Carlos Lesmes.

Maza Martín se convierte en nuevo fiscal general del Estado en sustitución de Consuelo Madrigal, primera mujer que ha ostentado ese cargo en España y que dirigió el Ministerio Público desde enero de 2015, cuando sustituyó a Torres-Dulce, el primer fiscal general del Estado que nombró el Gobierno de Rajoy a finales de 2011.

Y ahora llega al cargo con 65 años tras casi quince como magistrado de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, después de haber sido presidente de la sección primera de la Audiencia Provincial de Madrid.