¿Le ha sorprendido el resultado de estas elecciones?

Absolutamente. La victoria de Hillary Clinton parecía sencilla, teniendo en cuenta la buena situación de la Economía americana y las peculiaridades del sistema electoral, que claramente le favorecía. Sin embargo, había algunos factores que permitían adivinar que Trump tenía posibilidades. En mi opinión, ha habido mucha gente que ha respondido con miedo a la globalización, que ponía en peligro su nivel de vida y su poder adquisitivo. Eso determinaba que hubiese un rechazo a los acuerdos de libre comercio y a la inmigración, que son los grandes temores que ha agitado Trump.

Tanto Mariano Rajoy como el nuevo ministro de Exteriores ya han felicitado a Trump, al que piden fortalecer las relaciones de España con EEUU. ¿Qué tipo de relaciones se han de trabajar a partir de ahora?

En mi último acto como ministro ya dije que fuera cual fuera el inquilino de la Casa Blanca las relaciones con Estados Unidos tenían que seguir perfeccionándose. Yo me encontré unas relaciones muy deterioradas como consecuencia del gobierno anterior -el desplante a la bandera, la retirada de las tropas de Irak, la invitación de Zapatero a todos los países a retirar sus tropas de ese país- y a partir de ahí se empezó a elaborar esa relación. Y la primera reunión que tuve fue precisamente con Hillary Clinton en 2012 ante una situación absolutamente peligrosa por la situación de las bases de Morón y Rota. Finalmente se llegó a una confianza en materia de seguridad y a partir de ahí se establecieron otros vínculos. Se realizaron visitas bilaterales de alto nivel, se hizo un enorme esfuerzo para que el pueblo americano asumiera la parte que España ha tenido en la construcción de Estados Unidos, se cultivó a las comunidades hispanas, relaciones comerciales muy intensas y se potenció la cultura y la lengua española con el Instituto Cervantes. Hay que seguir cultivando esa complicidad que se ha conseguido consultándose mucho.

El nuevo presidente ha anunciado medidas proteccionistas al comercio. ¿Cree que pueden verse dañados sectores alicantinos exportadores como el calzado?

Cuando esté sentado en la Casa Blanca se dará cuenta de que el libre comercio es lo único que puede funcionar. Créame que el tema del calzado lo he tenido muy presente como diputado que soy por Alicante para evitar que esas medidas proteccionistas puedan perjudicar a nuestros sectores. Es obvio que hay riesgos y que si se establecen aranceles a las importaciones del calzado se va a producir un perjuicio. Tenemos que evitar que eso se produzca.

¿Qué opina de las políticas respaldadas por Trump para acabar con la entrada de musulmanes extranjeros?

Las propuestas que ha hecho en materia de inmigración van en contra de los tiempos y de lo que ha sido el espíritu fundacional de los Estados Unidos. Tendrá que ir modulando esa afirmación genérica, o que se va a oponer al asilo de cualquier refugiado sirio o que va a deportar a once millones de inmigrantes en situación irregular frente a México. Es posible que quiera un mayor control de la inmigración, pero todo esto lo irá modulando.

¿Cómo cree que será ahora la lucha contra el ISIS?

Ahí sí creo que se abre una ventana de oportunidad. Trump ya ha declarado que quiere unas relaciones con Rusia mejores que las que ha tenido Obama, y es obvio que la colaboración entre Rusia y EEUU es fundamental para acabar con ISIS y capital para relanzar las conversaciones con Ginebra y buscar una solución política al conflicto sirio. En esto Trump está más cerca de lo que yo pensaba como ministro de Asuntos Exteriores de lo que pensaba la administración Obama. Otra cosa es que Bashar al -Ásad no pueda formar parte del futuro de Siria, pero es obvio que tiene que estar en las negociaciones para el futuro de Siria.

¿Está España obligada institucionalmente a salir en defensa de los latinos ante cualquier política de Trump que menoscabe sus derechos?

Obligados y honrosos. Más cuando se trata de ciudadanos que forman parte de nuestra comunidad histórica.

Trump celebró vigorosamente el Brexit. ¿Cómo marcará ese respaldo las relaciones de EEUU con la Unión Europea?

El Brexit es ya una realidad y eso lo tendremos que lidiar en el Consejo Europeo que marcará los términos del divorcio. Eso es una cosa, y la otra la relación entre EEUU y Europa que tiene dos vertientes: la seguridad y reformulación de la Alianza Atlántica, y el futuro del comercial, el llamado Tratado de Comercio e Inversión, que es al que Trump se ha mostrado opuesto y este es el caso que nos importa y usted mismo hablaba antes del calzado. Es posible que haya que matizar algunos aspectos de ese tratado. No hay que olvidar que ese acuerdo supone la creación de un área que va a absorber el 50% del PIB mundial y casi un tercio de las importaciones y exportaciones mundiales. Es un tratado de tal magnitud que no se puede enterrar.

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha mostrado su temor a que se reproduzca en España el «discurso para fascistas» de Donald Trump. ¿Tiene razón en algo, y más teniendo en cuenta la premura con la que le han felicitado Marie Le Pen o Strach?

No se puede caer en simplificaciones obscenas. Uno puede estar o no de acuerdo con las posturas más nacionalistas o más proteccionistas de Trump o no, pero no se puede decir que es un fascista. No hay fascismo en EE UU. Lo que hay son movimientos populistas 'antiestablishment'. Él se ha opuesto al status quo, igual que hace Podemos en España.