El fiscal Pedro Horrach está valorando muy seriamente en estos momentos la posibilidad de solicitar el archivo del caso de la compra del palacete de Jaume Matas, por falta de pruebas. Aunque existen fundadas sospechas de que el inmueble de lujo de la calle Sant Feliu, que el expresident vendió a un ciudadano extranjero hace unos meses, se adquirió con fondos económicos de dudosa procedencia, lo cierto es que la acusación no puede demostrar en estos momentos que el dinero tenga un origen ilícito. Se sospecha que Matas cobró comisiones y con el dinero se compró la casa, pero lo cierto es que, según el criterio de la fiscalía, no se ha probado, de allí la falta de pruebas que justifique una acusación por blanqueo.

Hace pocas semanas el juez Castro concluyó la instrucción de la pieza relativa a la operación de la compra de la vivienda de Matas. El magistrado propuso que se actuara no solo contra el expresident, sino también contra su mujer, su cuñado y el decorador que diseñó el interior de la vivienda. Castro sostiene que existen indicios más que suficientes para llevar a juicio a estas cuatro personas por un delito de blanqueo de dinero. Sin embargo, el fiscal Pedro Horrach, en estos momentos, no ve la situación tan clara.

La ley establece que para que se impute un delito de blanqueo se debe demostrar que el dinero utilizado para cometerlo tiene un origen ilícito. El caso más claro es el del narcotraficante que se dedica a comprar bienes inmuebles o coches de lujo con los beneficios que obtiene vendiendo droga. En estos casos, habitualmente primero se descubre el delito de narcotráfico y después se persigue el blanqueo porque el traficante no puede demostrar que ha hecho estas compras con dinero lícito.

Pero la situación de Jaume Matas es muy distinta. Se detectó la compra de un inmueble de lujo en el centro de Palma, que dificilmente podía pagar con sus ingresos como president del Govern. Pero lo que no se ha podido demostrar es de dónde logró el dinero para comprar esta casa. La sospecha de que pudo cobrar comisiones aprovechando su cargo político no son más que eso, meras sospechas. Hasta ahora nadie ha podido demostrar, a pesar de que durante años se han seguido decenas de pistas, que Jaume Matas haya cobrado comisiones.

Varios de los proveedores y de los profesionales que intervinieron en la reforma de la casa de la calle Sant Feliu declararon que cobraron con dinero en metálico y que era Maite Areal quien les pagaba. Sobre esta cuestión, el expresident declaró que el dinero que pagó en efectivo procedía de un cobro en metálico que recibía por el alquiler de un local. Nadie le creyó, pero tampoco se ha podido demostrar que mintiera.

Por lo tanto, si la acusación no puede demostrar que Jaume Matas financió la compra de su casa y su posterior rehabilitación con dinero de comisiones, es poco probable que un tribunal pueda condenarle por blanqueo.

Si la fiscalía Anticorrupción es consciente de esta dificultad, mucho más lo es la defensa del exministro, que sabe que si llevan a Matas a juicio por la compra de la casa, hay muchas posibilidades de que salga absuelto.

El fiscal Pedro Horrach lleva semanas analizando sentencias que hacen referencias a este delito concreto. También está estudiando las sentencias anteriores que se han dictado contra Jaume Matas por si alguna de ellas pudiera tener alguna influencia en el caso de la compra del palacete. Sin embargo, esta última posibilidad también parece complicada. Matas tiene dos condenas. La primera por la contratación del periodista Antonio Alemany, en la que él no tuvo ningún beneficio económico. Y la segunda por la contratación irregular de su esposa como relaciones públicas del hotel Valparaíso. El dinero que cobró Maite Arenal de un empresario, a cambio de nada, ni de lejos cubre el coste de la compra del palacete, por lo que es complicado relacionar este dinero con la operación del inmueble.

Siguen negociando

Jaume Matas desea que se llegue a un acuerdo con la fiscalía, pero pretende que ambas partes cedan en algunas de las condiciones que han impuesto. El fiscal Horrach también quiere llegar a un acuerdo, pero no tiene prisa. Prefiere esperar a que se conozca la sentencia del caso Nóos, ya que existen muchas posibilidades de que la Audiencia de Palma condene a Matas por la contratación de Iñaki Urdangarin. No es lo mismo negociar con un imputado al que le han declarado culpable con una sentencia de varios años de cárcel, que con otro que no arrastre este problema.

Pero el expresident no solo debe resolver su situación en el caso del palacete. Tiene pendientes otros juicios, pero en ninguno de ellos obtuvo un beneficio económico. De hecho, no se le acusa de malversación, sino de fraude a la administración, cuyo castigo es menor. Tanto Matas como el fiscal Horrach pretenden alcanzar un acuerdo en todas las piezas, no solo en algunos casos. Pero, de momento, la defensa no acepta las condiciones que ha impuesto el fiscal que, en ningún caso, aceptará que el acuerdo suponga que Matas no vaya a la cárcel.

El fiscal, en ningún caso, ha exigido que en el caso de Son Espases Matas implique al que fue tesorero del Partido Popular. Esta situación no tendría ningún sentido, entre otras cosas, porque la Audiencia Nacional ha reconocido que Alvaro Lapuerta sufre una grave enfermedad y no se le puede llevar a juicio. De hecho, Pedro Horrach se ha opuesto a que el fiscal continúe investigando el caso y pretende que de por concluida la instrucción.