Los periodistas españoles Antonio Pampliega, José Manuel López y Ángel Sastre, liberados en Siria, han asegurado que el 90 por ciento del tiempo de cautiverio lo han pasado en habitáculos cerrados, y que los secuestradores les han tratado bien y de manera correcta.

En declaraciones a Efe, los tres periodistas, que se encuentran reunidos en una cafetería de Madrid tras llegar a las 10 de esta mañana a la Base Aérea de Torrejón procedentes de Turquía, han señalado que desconocen la zona del país en la que han permanecido secuestrados durante casi diez meses.

Pampliega, López y Sastre han sido recibidos en la Base de Torrejón por sus familiares y por la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría, quien ya ayer pudo hablar con ellos cuando se encontraban en territorio turco.

Llegan a España los tres periodistas españoles secuestrados en Siria

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Poco después, acompañados de amigos y familiares los periodistas, que de momento han decidido no convocar una rueda de prensa para informar de su cautiverio, se han trasladado a una cafetería madrileña donde han dicho a Efe que han estado en al menos seis casas, aunque en ellas siempre permanecían encerrados en una habitación.

Han señalado que en la habitación que estaban cautivos hacían ejercicio, para no aburrirse, y sólo en contadas ocasiones paseaban por un patio.

Según ha explicado López, sólo durante los primeros tres meses de cautiverio permanecieron juntos los tres. Transcurrido ese período Pampliega fue separado de ellos y trasladado a otro lugar.

López y Sastre han permanecido todo el tiempo de cautiverio juntos y hasta este sábado, que fueron liberados, no habían vuelto a saber nada de Pampliega.

Los tres periodistas, que han asegurado que se encontraban bien, han reconocido que se encontraban "desbordados" por la situación, por lo que preferían no convocar a los medios de comunicación para explicar su cautiverio.

El CNI los tuvo en todo momento controlados

Durante todo el tiempo que pasaron secuestrados, los informadores estuvieron localizados por el CNI en todo momento.

Como responsable directa del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Sáenz de Santamaría coordinó las negociaciones para la puesta en libertad de los periodistas. También fue la encargada de informar periódicamente y personalmente a las familias.

El CNI les tuvo localizados en todo momento, a pesar de que sus captores los fueron moviendo de un sitio a otro.

En otra ocasión, cuando su liberación parecía cercana allá por principios de año, estuvieron un tiempo en una zona cercana a la frontera con Turquía que controla el Frente Al Nusra. Pero su puesta en libertad aún iba a tardar. No obstante, la mayor parte del tiempo estuvieron en las cercanías de Alepo.

Cuando los servicios secretos no podían comprobar directamente el estado de los españoles, exigían a los captores lo que se denomina 'pruebas de vida', es decir, garantías de que los rehenes estaban vivos.

Estas 'pruebas de vida' consistían en preguntas formuladas por amigos o familiares de los periodistas cuya respuesta solo podían contestar correctamente los rehenes, han informado a Europa Press fuentes que han seguido de cerca su caso.

Otras veces, la prueba de vida fue un vídeo en el que los rehenes decían su nombre y la fecha del día en que se habían grabado las imágenes. Por lo general, presentaban un aspecto limpio y saludable, si acaso alguno de ellos más delgado.

Durante el secuestro, los incluso les permitieron ver el fútbol por televisión e intercambiar cartas con sus allegados.

Los tres españoles compartieron parte de su cautiverio con una mujer alemana embarazada y con otro periodista japonés, Jumpei Yasuda, capturado en torno a las mismas fechas que los españoles, y que en marzo pasado aparecía en un vídeo reclamando ayuda a su Gobierno.

Hasta ayer que fueron liberados, la última vez que se supo de los periodistas fue en julio del año pasado cuando estaban en la ciudad de Alepo, que se encuentra bajo control del Frente Al Nusra, la filial siria de Al Qaeda.