El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha dicho este miércoles que el episodio en el que policías municipales increparon al concejal de Seguridad de Madrid, Javier Barbero, "pone de manifiesto que probar el sabor de tu propia medicina a veces es lo mejor para no hacer determinadas cosas".

Jorge Fernández Díaz ha realizado estas manifestaciones a los periodistas antes de clausurar la presentación del archivo digital "Memoria de vida" elaborado por RTVE en homenaje a las víctimas del terrorismo de ETA, en la Casa de América de Madrid.

El titular de Interior ha sido preguntando por el incidente ocurrido este martes en una manifestación de policías municipales de Madrid en las que varios de ellos insultaron al citado edil y zarandearon su coche.

"Hasta no hace mucho tiempo esos hechos calificados como escraches los padecíamos fundamentalmente otras personas y en su mayor proporción sin ningún género de dudas cargos públicos del Partido Popular y quienes los protagonizaban decían que era libertad de expresión", ha subrayado.

El ministro ha precisado que nunca ha considerado que fueran susceptibles de ser enmarcados en la libertad de expresión pero ha añadido que "lo que no podemos aceptar es que cuando tú los haces lo son y que cuando tú los padeces son conductas odiosas o delictivas".

"Yo creo que por lo menos con lo que padeció el delegado de seguridad del Ayuntamiento de Madrid se dará cuenta de que nunca es bueno actuar de forma coactiva utilizando hechos de esas características para intentar conseguir unos determinados objetivos", ha apostillado.

Fernández Díaz ha recordado que "ha habido mucha gente que se ha sentido coaccionada, intimidada, violada en su intimidad familiar y personal en sus domicilios por actuaciones como las que ayer padeció en la calle el delegado de seguridad rodeado de policías municipales, que tienen como una de sus misiones proteger y garantizar la seguridad de las autoridades locales".

Por otra parte ha comentado que "hasta ahora nadie se ha atrevido a calificar esas manifestaciones como incitación al odio, pues parece que los delitos de odio se circunscriben a conductas que no son precisamente las que ayer todos pudimos conocer".

Ha precisado que no le parecen ejemplares ni las aprueba sino que "simplemente" dice que "el mismo que las ha padecido, hace no mucho tiempo las calificaba de libertad de expresión o participaba o incitaba a realizar actuaciones de ese tipo". Es decir: "Cuando eran personas del PP era libertad de expresión, cuando son ellos son conductas odiosas o delictivas".

"La gente tiene el suficiente sentido común como para darse cuenta de que probar el sabor de la propia medicina te hace dar cuenta hasta qué punto lo que estabas haciendo tú no era precisamente algo susceptible de ser considerado como libertad de expresión", ha recalcado.

El ministro ha comentado que Javier Barbero "ha tenido que pasar a ser delegado de seguridad en el Ayuntamiento de Madrid, a ser autoridad, a ser casta, para que lo que ayer era libertad de expresión hoy ya sea un atentado, una conducta delictiva o incluso una conducta susceptible de ser considerada como incitación al odio".

"Si eso sirve para que no se vuelvan a repetir estos acontecimientos, para que no los promuevan, no los inciten, no los protagonicen y no se atrevan a decir encima que son libertad de expresión ya habremos ganado algo", ha concluido.