El líder del PSOE, Pedro Sánchez, ha confiado hoy en poder tener un acuerdo de gobierno "lo suficientemente maduro" a final de este mes, que incluya a partidos como Podemos y Ciudadanos, con el fin de que la sesión de investidura sea "en los primeros días de marzo".

Sánchez ha expresado este objetivo en una rueda de prensa en el Congreso tras la reunión mantenida con el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, a quien ha reiterado que no dará su apoyo en ningún caso y que tampoco pedirá al PP su abstención para facilitar su investidura.

El candidato socialista ha reiterado que ve "mimbres" para que sea posible un gobierno progresista y reformista, que debería incluir a Podemos y C's para que haya una mayoría estable, ya que la alianza de izquierda, como la que hay en Portugal, no es suficiente en España.

"Desgraciadamente, con las fuerzas de izquierda no suma más que con las fuerzas de centro derecha. En Portugal, las fuerzas del cambio se entendieron y las fuerzas del cambio en España tienen distintos colores", ha asegurado Sánchez en alusión a la necesidad de incorporar a Podemos y C's.

Sobre si se inclina por un gobierno en coalición, Sánchez ha insistido en que no se cierra "a ninguna puerta, ni a ninguna posibilidad", puesto que "lo importante es que el gobierno refleje la pluralidad del Congreso y la voluntad manifestada por los españoles".

Ante el hecho de que aún no se ha abierto la negociación con Podemos, ha vuelto a tender la mano a su líder, Pablo Iglesias, para sentarse a hablar y discutir el documento de propuestas tiene previsto presentar la formación morada.

"Si hace una propuesta será, me imagino, para que nos podamos entender", ha intuido Sánchez, quien ha opinado que existen "muchísimas coincidencias" en medidas que defienden PSOE y Podemos.

Ha restado importancia al hecho de quién de los dos tome la iniciativa para reunirse. "Lo que me importa es construir un gobierno y hablar con las fuerzas con las que pretendo formar gobierno", ha añadido Sánchez.

De lo que se trataría, ha explicado Sánchez es formar un gobierno que "ejecute las cosas en las que todos están de acuerdo y llevar al Parlamento en las que se discrepa", con el fin de resolverlas a través de la negociación.

Por ello, ha considerado que no hay que preguntarse si "se veta a éste o a aquél, sino si se puede o no lograr el cambio". "Solos, no lo podemos hacer y, por eso, tiendo la mano a las fuerzas del cambio", ha insistido.

A la espera de ver qué formato tendría su eventual gobierno, el secretario general del PSOE ha expresado su voluntad de incorporar a "independientes de prestigio" como reflejo de la "naturaleza transversal" que le quiere dar.

Sánchez, que ha comenzado su comparecencia definiéndose como "el candidato nombrado por el jefe del Estado" para intentar formar gobierno, ha vuelto a dejar claro que no apoyará una coalición PP, PSOE, Ciudadanos encabezada por Rajoy, a quien ha rogado que "acabe la campaña del miedo que han iniciado algunos de sus ministros".

A su juicio, "es importante no trasladar que la salida del PP va a ser el origen de muchos problemas, cuando la realidad es que muchos problemas se van a resolver con la salida del PP".

Sánchez ha pedido al PP que si finalmente pasa a la oposición, mantenga la misma actitud "leal y constructiva" que el PSOE ha tenido en asuntos de Estado, como la unidad de España o la lucha contra el terrorismo.

Al mismo tiempo, le ha ofrecido que se abra a la reforma de la Constitución para contar con "el respaldo y el concurso" del PP.

Sánchez se ha comprometido a garantizar la estabilidad presupuestaria, aunque con una política distinta a la del PP, y a cumplir los deberes impuestos por la UE, aunque precisando que intentará renegociar los objetivos de déficit.

Pese a la brevedad del encuentro y a la controversia sobre si hubo o no apretón de manos, Sánchez ha calificado la cita de "útil" para hacer ver a los españoles que los dos principales partidos dialogan y tratan de ponerse de acuerdo sobre los asuntos de mayor calado.

En este punto, ha confiado en poder consensuar una postura ante el Consejo Europeo de la próxima semana en la que se debatirá el futuro del Reino Unido en la UE.