La policía local Raquel Gago, una de las tres acusadas en el crimen de la presidenta de la Diputación Provincial de León Isabel Carrasco, ha confesado hoy que, desde que sucedieron los hechos, no tenía vida.

"Desde que pasó eso, yo no tengo vida", ha declarado en el juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de León por la muerte de Carrasco el 12 de mayo de 2014, de las que están acusadas también Montserrat González, que confesó el crimen, y su hija Triana Martínez.

Ambas ya han declarado y, mientras que Montserrat, que lo hizo ayer, sólo respondió a su abogado defensor, Triana ha contestado las preguntas de éste y del fiscal -ninguna de las dos a las acusaciones-, y Raquel ha asegurado que lo iba a hacer a todas las partes.

Gago ha dejado claro que ella no había convenido con Triana que la pistola que usó la autora material del crimen fuera escondida en el maletero de su coche, donde al parecer la introdujo la hija de Montserrat después de los disparos.

"Desde luego, no estaba de acuerdo para que me dejara el bolso", ha insistido la policía local, quien ha dicho que, como no podía pensar por otra persona, no tenía una explicación de los motivos por los que Triana metió en el maletero de su coche el arma del crimen.

"¿Cómo pudo hacerle (Raquel) esa faena?", le ha interrogado el fiscal, Emilio Fernández. "Desde que pasó eso, yo no tengo vida", le ha respondido.

A su juicio, lo que haya podido pensar Triana de por qué lo hizo, "es su conciencia", ha añadido la policía local antes de manifestar que no sabía por qué la hija de la asesina confesa había tomado esa opción, un momento en el que Raquel no ha podido contener las lágrimas.

Preguntada por el motivo por el que no vio el arma cuando poco después introdujo unas garrafas en el maletero, la agente ha explicado que siempre lleva muchas cosas en el coche y que, pese a su tamaño, no prestó atención a la bolsa en la que iba oculta la pistola, parecida a otras que ella suele utilizar.

Gago ha indicado que conoce las armas, pero no en profundidad, y ha señalado que es amiga de Triana aunque no podía definirla como "íntima", porque no habían viajado juntas ni compartido otras cosas, si bien quedaban casi todos los días para tomar algo o hacer compras, algunos hasta dos veces. Y ha negado rotundamente que haya mantenido con Triana una relación amorosa.

Por otra parte, Gago ha asegurado en el juicio por este caso que no acudió a la Policía el mismo día del crimen porque no se lo podía creer.

Además, Gago ha justificado que no lo hiciera a pesar de ser policía y haber visto a una de las acusadas momentos antes del crimen, porque lo sintió como algo personal y no profesional dada la relación de amistad que le unía con Triana Martínez y su madre, Montserrat González.

Gago, que quedó en libertad después de haber permanecido ocho meses en la cárcel tras el asesinato, ocurrido el 12 de mayo de 2014, fue detenida cuando la pistola con la que Montserrat disparó a la dirigente del PP, como ha confesado ésta, fuera hallada en el maletero de su coche, donde la introdujo Triana.

A pesar de que la agente vio poco después del crimen a Triana, que, según su relato le dijo que tenía el maletero abierto, no quiso comentar con nadie que la había visto.

Incluso, comentó la muerte de Carrasco y la detención de las otras dos acusadas con unas amigas en una cena en la noche de ese mismo día, pero tampoco en ese momento reveló que había estado con Triana.

"No me puedo creer que ha sucedido eso, creía que no era real", ha dicho. Y fue por eso, tal y como ha respondido al fiscal, por lo que no se le pasó por la cabeza colaborar a pesar de ser policía, porque para ella era algo "personal", ya que habían detenido a "una amiga mía por asesinato".

Tampoco acudió a comisaría cuando encontró en el maletero la bolsa con la pistola que había introducido Triana en él mientras Raquel conversaba con un controlador de la hora, sin percatarse, según ha dicho, de que su amiga la estaba metiendo.

Como lleva habitualmente muchas cosas en el coche, incluso bolsas parecidas a esa, no se percató de la presencia hasta el día siguiente.

"Vi algo negro, podía ser algo mío y vi el bolso. En ese momento me puse nerviosa porque se lo había prestado yo (a Triana). Ese bolso no tenía que haber estado allí", ha relatado.

Cuando lo abrió, vio un pañuelo, un guante y algo brillante que identificó como parte de una pistola. Pero no acudió a comisaría y decidió llamar a un policía nacional, de nombre Nacho, que era amigo suyo y a quien había visto por televisión en la escena del crimen.

Fue un "flash", ha dicho Raquel, quien ha aseverado que no era consciente de que Triana hubiera abierto su coche ese día.

En cualquier caso, la agente ha negado que hubiera convenido con las otras acusadas el crimen y ha reconocido que sabía que Montserrat y Triana odiaban a la víctima, pero ha dejado claro que no sabía que la iban a matar.