«Tiene difícil formar gobierno por la corrupción: la financiación ilegal del PP, ahora ha saltado lo de Acuamed... ¿Quién está en condiciones de darle apoyo? No se va a poner en una pira para que lo quemen». Así se postuló ayer el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, al tener conocimiento de que el jefe del Ejecutivo central en funciones, Mariano Rajoy, ha declinado por ahora someterse a la votación para su investidura. Ese «pasó atrás» evidencia, según Puig, que el líder del PP «está aislado y va a perder», y por ello se ha puesto el mono de «campaña» para intentar ganar tiempo.
Para Puig, Rajoy «no tiene ninguna posibilidad de ser investido y ha cometido la gran falacia de vender que ha ganado las elecciones, cuando todo el mundo sabe que quedar primero no es ganar las elecciones». «Ha vendido esa falsa idea y, además, no se ha visto demasiado proactivo en la busca de un pacto», agregó el presidente valenciano.
Por otro lado, Puig tiró anoche de memoria para salir al paso de la oferta de Pablo Iglesias de negociar con Pedro Sánchez la formación de gobierno. «Pienso como Mónica Oltra, primero hay que hablar del qué y luego hablar del quién», proclamó, en alusión a las conversaciones que sucedieron a las pasadas autonómicas entre PSPV, Compromís y Podemos para pactar un Consell de izquierdas. Entonces, la hoy vicepresidenta apeló reiteradamente a la necesidad de anteponer el programa («el qué») a los cargos («el quién»). Con todo, el presidente celebró el acercamiento de Podemos para abrir un proceso negociador. «Es positivo que haya expectativas de hablar», señaló, aunque pidió que los interlocutores se sienten en la mesa con «humildad». Por parte de unos «actores», comentó, que de momento «no la tienen». Lamentó, no obstante, un «exceso de movimientos de tacticismo» en la posición de Podemos y «en general».
La vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, también valoró ayer el paso atrás de Rajoy. Lo hizo en las redes sociales, donde subrayó que el presidente «no renuncia hoy. Lo hizo cuando toleró y se benefició de la corrupción de su partido». «Con el PP imputado» y la «renuncia de Rajoy», las «fuerzas del cambio» acometen el «posible gobierno», agregó.
Varios síndics parlamentarios de las Cortes también valoraron ayer la negativa del presidente a someterse a la investidura. Uno de ellos, el de Compromís, Fran Ferri. «Entendemos que no tiene los suficientes apoyos y de ahí su decisión», senaló, a la vez que manifestó su sorpresa por la retirada momentánea del presidente.
Por su parte, el portavoz del PSOE en el hemiciclo autonómico, Manolo Mata, expresó su malestar por la decisión de Rajoy y tildó de «incomprensible» su postura. «No tenía ningún sentido que se sometiera a la investidura sin tener los suficientes apoyos», consideró Mata, quien por otra parte criticó su rechazo a someterse a la votación. «Lo que debe hacer es renunciar definitivamente. Ha hecho una especie de pasapalabra. Aplazar la investidura es una muestra de insensatez», zanjó el portavoz socialista en las Cortes.
La síndica del PP, Isabel Bonig, declinó realizar declaraciones por el momento, mientras que los portavoces de Podemos y Ciudadanos (C´s), Antonio Montiel y Carolina Punset, emplazaron a las reacciones de los líderes nacionales de sus respectivos partidos.
Por su lado, el cabeza de lista del PSOE por la provincia de Alicante el pasado 20-D, Julián López Milla, afirmó que la decisión del presidente «evidencia que no tiene los votos necesarios» para revalidar el cargo. «No ha querido correr el riesgo de que se constate la soledad en la que se encuentra el PP», agregó.
El ministro de Asuntos Exteriores en funciones y número 1 de la lista del PP por Alicante en las pasadas generales, José Manuel García-Margallo, remitió al comunicado que emitió ayer la dirección nacional de su partido.
Los sindicatos también valoraron la decisión de Rajoy. El secretario general de CC OO en la Comunidad, Francisco Molina, censuró ayer la marcha atrás de Rajoy y admitió que no le gusta la situación actual. «Esto se ha convertido en un tablero de ajedrez y una especie de Juego de Tronos. Se están adoptando movimientos tacticistas que tienen muy poco que ver con las necesidades de la sociedad», manifestó.
Su homólogo en UGT, Gonzalo Pino, se postuló en términos similares. «Rajoy quiere ganar tiempo. Sabe que no tiene los votos necesarios para ser investido presidente y ahora se está replanteando su estrategia para ver si surge una nueva situación más favorable para él en los próximos días», apostilló.
