El Premio "Príncipe de Viana" de la Cultura 2016, el mayor galardón cultural de Navarra, no tendrá dotación económica directa, se entregará en la localidad de Olite y no contará con presencia de representantes de la Casa Real española, como sí era tradicional en las dos últimas décadas.

Así se recoge en el decreto foral aprobado por el Gobierno de Navarra en su sesión de hoy, en la que ha establecido las nuevas normas sobre este galardón, que el Ejecutivo foral otorga desde 1990 para reconocer a personas o instituciones relevantes en el ámbito de la cultura.

Además de convertirlo en honorífico al suprimir su dotación -que era de 25.000 euros-, la mayor novedad es la decisión de desvincular a la Casa Real de la ceremonia de entrega del Premio, que habitualmente presidía en Leyre el hoy rey Felipe VI en su calidad hasta el pasado año de príncipe de Viana.

La consejera de Cultura, Ana Herrera, ha explicado en conferencia de prensa que los cambios vienen dados por el interés del Ejecutivo foral en "poner el acento en lo que realmente interesa", que es "poner énfasis" en la persona o institución premiadas y no "en quién lo entrega" o en la cuantía económica que conlleva.

Además, ha recordado que el que el premio se desvincule de la Casa Real española es "una decisión que viene dada por el acuerdo programático" que este verano firmaron Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e Izquierda-Ezquerra y sobre el que se sustentó la formación del Gobierno de Navarra que preside Uxue Barkos.

La nueva ceremonia y ritual que lleva aparejada la entrega del premio se creará de acuerdo con el Consejo de Navarra de Cultura, que ya ha sido informado, y en las que en cualquier caso "no participará la Casa Real Española".

La otra novedad es la elección de la localidad de Olite, en detrimento del monasterio benedictino de Leyre, donde se encuentran enterrados varios reyes de Navarra, como sede para la ceremonia de entrega del premio, con lo que se elige como nuevo marco, además de un edificio civil, "el lugar que rememora mejor que ningún otro la vida y la obra del personaje que da nombre al Premio, el príncipe de Navarra Carlos de Trastámara y Evreux".

El Palacio de Olite es además "un símbolo de la sensibilidad de la ciudadanía navarra hacia el patrimonio monumental que ha propiciado la recuperación y rescate de la ruina de monumentos valiosísimos" como éste.

Por lo demás, el premio "mantiene el mismo nombre, su periodicidad anual, el mismo objeto y también el jurado, que será el Consejo Navarro de Cultura".

Respecto al objeto, Herrera ha recordado que el Premio Príncipe de Viana de la Cultura seguirá teniendo como fin "el reconocimiento de la tarea llevado a cabo por personas o instituciones relevantes en cualquiera de los ámbitos de la cultura, bien sea mediante el ejercicio de la creación, el estudio, la investigación, bien mediante su promoción o fomento".

Desde su instauración en 1990 el galardón ha reconocido a personas como el arquitecto Rafael Moneo, el filólogo Francisco Yndurain, el cineasta Montxo Armendariz, la soprano María Bayo, el jurista Álvaro D'Ors, el músico Pedro Iturralde, el pintor Antonio López o el filósofo Daniel Innerarity, y a instituciones como el Orfeón Pamplonés.

La retirada de la dotación económica directa que tenía el premio conlleva sin embargo el compromiso del Gobierno de difundir expresamente la obra del premiado, "a través de un proyecto específico que la Dirección General de Cultura trabajará con cada galardonado".