El expresidente del Gobierno español José María Aznar advirtió de que los países europeos tienen que dar una respuesta "con rigor" a la amenaza del terrorismo yihadista, y subrayó: "No podemos quedarnos de brazos cruzados".

Durante un acto de la fundación que él preside en España (FAES), el que fuera jefe del Ejecutivo español entre 1996 y 2004 dijo que europeos y españoles tienen ante sí "dilemas estratégicos, políticos y militares cruciales", y que "nada es fácil", pero recalcó que "es imprescindible elegir".

"No se pierde libertad cuando se actúa con el rigor necesario ante amenazas críticas y agresiones brutales a la seguridad. No habrá riesgo para la libertad mientras las instituciones democráticas y el Estado de derecho cumplan con sus funciones", señaló.

El líder conservador sostuvo que Europa tiene "enemigos concretos", que lo son "de la libertad, de la tolerancia, de la razón", y cuya "fuerza" viene de "su fanatismo y de su odio, del desprecio a la vida, comenzando por la suya y siguiendo por la de los propios musulmanes".

Aznar resaltó que "no se puede pretender mantener un modelo de bienestar apacible y generoso tapándose los ojos ante las amenazas" que afectan a Europa que, según dijo, "se encuentra sumida en una de las crisis más graves de su historia reciente".

José María Aznar participó en marzo de 2003 en la conocida como Cumbre de las Azores junto al entonces presidente de Estados Unidos, George W. Bush, y al que en aquel momento era primer ministro británico Tony Blair, que sirvió para sellar un ultimátum al entonces presidente iraquí, Sadam Hussein.

Por su parte, el actual ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, avisó de que al grupo yihadista Estado Islámico (EI) no se le "va a derrotar con eslóganes".

"Está bien manifestarse contra las guerras pero hay veces en las que las operaciones militares son necesarias y esta es una de ellas", afirmó el jefe de la diplomacia española.

García-Margallo opinó que debería haber un esfuerzo militar internacional coordinado, sin "poner tropas en tierra", acompañado de una operación política para mediar en el conflicto entre la oposición y el gobierno sirio de Bachar al Asad.