La vicepresidenta y portavoz del Gobierno catalán, Neus Munté, ha afirmado que, pese a las "dificultades", el acuerdo con la CUP sigue siendo factible, aunque ha pedido "tiempo y discreción" para culminar la negociación.

Como portavoz del Govern, tras la reunión semanal del ejecutivo de Artur Mas, Munté ha evitado suscribir las palabras del conseller de Empresa, Felip Puig, que advirtió de las dificultades de un acuerdo entre Junts pel Sí (JxS) y la CUP, ya que sus modelos económicos son en ciertos aspectos "incompatibles", y dijo que "hay algunas líneas rojas" que su grupo "no debería cruzar".

"Lo que es imposible es no trabajar para cumplir el mandato democrático del 27 de septiembre", ha remarcado Munté, que pese a reconocer la "dificultad" de un acuerdo entre JxS y la CUP no lo ve "imposible".

Munté ha destacado la "voluntad de acuerdo para cumplir el mandato democrático" surgido de las elecciones catalanas del 27S y, en un toque de atención implícito a quienes puedan plantear dudas o interferir en la negociación, ha subrayado que "entre todos hay que respetar y proteger" los plazos previstos para la investidura del presidente catalán, "para que todo esto llegue a buen puerto".

Sin embargo, ha negado que esta dilación en las negociaciones se deba a un cálculo estratégico para esperar a conocer el resultado de las elecciones generales del 20 de diciembre y comprobar si se abre alguna mayoría alternativa.

También el cabeza de lista de JxS, Raül Romeva, se ha desmarcado de Puig al asegurar que existe "mucho espacio compartido" con la CUP y descartar "en estos momentos" que los desacuerdos conduzcan a unas elecciones anticipadas en marzo.

Romeva ha puntualizado que "las líneas rojas lo son hasta que dejan de serlo" y, en todo caso, ha dicho, deben ponerse "al servicio del acuerdo", porque "nadie entendería que ahora, cuando más cerca está" el objetivo de la independencia, JxS y la CUP "no encontrasen la fórmula" del entendimiento.

En cambio, el secretario general de Unió, Ramon Espadaler, ha asegurado a través de Twitter que a Cataluña "le conviene mucho que se imponga la tesis de Felip Puig de no pactar con la CUP".

Mientras las conversaciones entre JxS y la CUP prosiguen en un marco de discreción absoluta, el presidente de la Generalitat, Artur Mas, se prepara para firmar mañana el decreto de constitución del Parlament, una sesión que tendrá lugar muy probablemente el lunes 26 de octubre, fecha límite para constituir una cámara que estará presidida por Carme Forcadell.

La expresidenta de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) ha dicho hoy que intentará que "sea el Parlament de todos" y se ha mostrado partidaria de que JxS ceda a la CUP uno de sus previsibles cuatro puestos en la nueva Mesa de la cámara.

La mayoría independentista que previsiblemente tendrá el Parlament no la ven con buenos ojos Ciutadans, el PSC, Catalunya Sí que es Pot y el PP, que han acordado un documento conjunto para pedir que en la Mesa y en las comisiones del Parlament se garantice el principio de "proporcionalidad" y el de "representatividad".

La más que segura elección de Forcadell para presidir la cámara ha recibido los reproches de la vicepresidenta del Gobierno central, Soraya Sáenz de Santamaría, que ha afirmado que, pese a que la mayoría de los catalanes "no han secundado ni las ideas ni el proceso independentista", van a tener una presidenta del Parlamento catalán que "no comparte las tesis de la mayoría de los ciudadanos".

Por su parte, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, ha dicho que Forcadell "no es un ejemplo de pluralidad" para poder representar a todos los catalanes en el Parlament y ha tachado de "surrealista" y "poco serio" el reparto de cargos en la cámara cuando todavía no hay gobierno.

La portavoz parlamentaria del PSC, Eva Granados, ha exigido a Forcadell que actúe con "imparcialidad" y represente al conjunto de ciudadanos, "no solo a los que optan por la independencia".