Séptima sesión del juicio por el crimen de Asunta Basterra (sexta con la presencia de los acusados). La empleada de hogar de Rosario Porto ha abierto la ronda de declaraciones programada para la jornada de hoy, que con 15 testigos se prevé extensa. La trabajadora doméstica y cuidadora de la niña destacó que la menor tenía "una salud perfecta". "Asunta era una niña sanísima", afirmó.

A ello añadió que no tenía noticia de que sufriese alguna enfermedad o, al menos, sus padres no se lo habían transmitido. Con respecto a la alergia que padecía la joven, negó que la viese estornudar en primavera y que "nunca" la había oído bromear sobre el número de estornudos.

A la niña, con quien pasó una semana de vacaciones en la aldea en el mes de septiembre, la describió como "perfecta", "inteligente" y "obediente". En cuanto al clima familiar de los Basterra-Porto declaró: "Cuando trabajaba allí, para mí era la familia idílica".

Según su relato, Asunta le contó que tenía "mal sabor de boca" después de haber estado "malita" varios días antes de su muerte el 21 de septiembre de 2013.

La cuidadora de Asunta ha revelado que el miércoles correspondiente a la semana en la que murió la niña, cuando ésta no fue a clase, lo que hizo, según le contaron, fue pasar la mañana con su padre y no sola en casa como sostienen sus progenitores.

Esa jornada en la que la cría faltó a clase ya cobró una especial relevancia el primer día del juicio, puesto que un día antes, según revelan las alarmas, alguien estuvo en la casa de Montouto-Teo, en la que supuestamente falleció la víctima, entre las 19.35 horas y las 22.40.

Cuando, en esta vista oral, el representante del Ministerio Fiscal preguntó a Rosario Porto y a Alfonso Basterra quién podía haber estado en esa casa esa tarde, ambos confesaron estar sorprendidos y desconocer qué persona pudo haber ido allí. Rosario Porto explicó que la cría tenía décimas de fiebre y por ello no la envió a clase, dejándola sola en la vivienda que compartían para que descansara.

Pero, a pesar de que supuestamente Asunta se quedaba sola en el piso de la madre, existe un WhatsApp de Alfonso a Rosario en el que su exmarido le dice: "Asunta está cada vez mejor, tranquila".

Sin embargo, esta trabajadora del hogar, que atendía la casa de Rosario, ha explicado hoy que dicho miércoles no llegó a ver a Asunta dado que, según lo que le argumentaron, "Asunta estaba mala" y se quedaba en el piso de Alfonso, muy cercano, también en el centro compostelano.

Por ello, al día siguiente la cuidadora preguntó a la niña si se había encontrado mal, "y me dijo algo que yo pasé por alto", ya que respondió, ha descrito: "No, estoy bien, solo tengo mal sabor de boca".

A continuación una vecina del mismo inmueble de la madre relató que, en el momento en que se tuvo conocimiento de que había aparecido el cadáver de la niña, el padre se lo contó en la puerta de casa "muy serio" y ella rompió a llorar, tras lo que este se abrazó a ella e hizo lo mismo. "Solo espero que no la hayan violado", ha rememorado esta testigo que le confesó en ese momento.

En tercer lugar acudió a declarar una madre de una compañera de Asunta, que ha afirmado desconocer que la menor tuviese ninguna enfermedad.

Una jornada con hasta 15 testigos

Hoy es el día en el que más testigos están convocados, un total de quince, lo que hace prever que las comparecencias puedan extenderse, como ayer, hasta entrada la noche.

La jornada arrancó con las declaraciones de la cuidadora de la niña y una vecina del mismo inmueble en que reside la madre de la víctima en Santiago, la acusada Rosario Porto.

Tras ellas, dos madres de compañeras de la pequeña y hasta cinco testimonios diferentes (de profesoras) de los supuestos episodios de intoxicación de la menor en dos clases de música diferentes tomarán el relevo en el estrado, por donde también pasarán la profesora de ballet de Asunta y dos testigos de la farmacia en la que se obtiene el Orfidal, un medicamento "clave" en el crimen, según apuntó el fiscal desde el primer día.

La salud de la pequeña será la protagonista de las últimas horas de la jornada. Probablemente explicarán si la niña tenía alergia, como transmiten los acusados, aunque su madrina, que declaró ayer, enfatizara que la menor tenía una "salud de roble". Para aclarar este punto, está previsto que acudan al juzgado el pediatra de la víctima y el médico de familia de los Porto-Basterra. Finalmente consta un testigo llamado por la acusación popular del que el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia no ha dado más datos.