El motivo por el que los padres adoptivos de Asunta Yong Fang, a la que habían adoptado once años atrás en China, mataron supuestamente a su hija sigue siendo un misterio.

El juez instructor, que atribuyó a Basterra y Porto la ejecución "premeditada y gradual" de su hija apuntó en un auto que un "maquiavélico" Alfonso "dominó" a una "sumisa" Rosario tras la ruptura de la pareja para volver a ejercer control sobre ella tras descubrir que le había sido infiel. Un ingreso hospitalario de la madre de Asunta llevó a Basterra a su lecho en el hospital y ella se comprometió a abandonar a su amante.

Curiosamente el día anterior del crimen Asunta se quedó con su padre y Rosario disfrutó de un día de asueto en barco por la Ría de Arousa con su amante.

Pero el móvil del crimen no es el único misterio del caso. Asunta estaba descalza y de sus zapatillas deportivas nada se supo, como tampoco de las alfombrillas del coche de su madre -posiblemente se deshicieron de ellas porque habría restos de vómitos o perfiles genéticos de la niña, según los investigadores.

Otro de los capítulos sin respuesta es quien ayudó a Basterra a ocultar su ordenador y uno de los teléfonos móviles que tenía y que fueron depositados en el centro del salón de su casa, a plena vista, meses después de que entrara en prisión y tras varios registros de la vivienda por la Guardia Civil.

El disco duro del ordenador se había borrado, por lo que su contenido se desconoce. Sí se recuperaron imágenes inquietantes de Asunta en los teléfonos, así como varios selfis de sus padres ante el ataúd en el tanatorio.