Aspirante a heredar el legado del primer alcalde de Madrid tras la dictadura -el socialista Enrique Tierno Galván-, Antonio Miguel Carmona ha protagonizado un fugaz paso como portavoz en el Ayuntamiento y, empujado por su propio partido, ha abandonado el puesto desde el que quería ayudar a Carmena a "pasar a la historia".

Poco más de dos meses ha durado ese periplo municipal de Carmona, después de que hoy haya anunciado que las divisiones internas del PSOE-M le han apartado del cargo, aunque se ha negado a renunciar a su acta de concejal y ha rechazado el puesto de senador que le han ofrecido a cambio, alegando que "no tiene precio".

Una larga y frenética campaña electoral -comenzó el verano pasado, antes incluso de saber si iba a ser candidato del PSOE al Ayuntamiento de Madrid- no sirvió para convencer al electorado, que situó a los socialistas como tercera fuerza en la capital, por detrás del PP y de Ahora Madrid, que le doblaba en escaños.

Ni siquiera pudo atribuir los malos resultados al desgaste del partido, dado que el candidato socialista a la Comunidad, Ángel Gabilondo, le superó cómodamente en las urnas de la capital: mientras Carmona cosechó 249.152 votos, el 15,28 % del total, el exministro de Educación sumó 416.775, el 25,72 %.

Resultados negativos que se sumaron a su apoyo público a Tomás Gómez cuando fue destituido por Ferraz, y que le llevó a comparecer a su lado el día en el que Pedro Sánchez decidió apartarle de la dirección del PSM y dejarle fuera de la carrera a la Comunidad de Madrid.

Apoyo a Juan Segovia

Igual que hizo con Tomás Gómez, Carmona ha expresado su apoyo públicamente a Juan Segovia, el contrincante de Sara Hernández en las primarias que ésta ganó para convertirse en la secretaria general del PSOE-M, un apoyo al que también achaca la decisión de apartarle.

Fiel a su perfil mediático, Carmona (Madrid, 1963) protagonizó una campaña en la que no faltaron los paseos en bici o silla de ruedas, una partida de petanca, vestirse de bombero o tomar las uvas en Nochevieja con los enfermos de hepatitis C encerrados.

Dolido por la decisión de la nueva dirección socialista, no ha escatimado en críticas tampoco a la dirección federal, de la que ha afirmado que le marcaron las directrices (como apoyar a Ahora Madrid para que Manuela Carmena fuera alcaldesa, pero sin meterse en el gobierno municipal), que él obedeció a rajatabla pero que no han tenido como respuesta el respeto a su puesto de portavoz.

Doctor en Economía, profesor universitario, diputado regional durante varias legislaturas y veterano de las tertulias televisivas, Carmona sufre ahora otro varapalo después de que hace una década se quedara fuera de la pugna por liderar el PSOE madrileño por 27 avales: no alcanzó el 25 % que le hubiera permitido evitar la elección por candidatura única de Rafael Simancas.

Hábil orador y duro de pelar en el cara a cara parlamentario, algo que reconocen incluso sus rivales, en su larga trayectoria política ha sufrido serios "resbalones" dialécticos: en 2002 tuvo que dimitir como diputado regional tras la polémica suscitada a causa de unas declaraciones suyas en las que bromeaba sobre las posibilidades electorales del PSOE tras el hundimiento del 'Prestige': "Y si hace falta, hundimos otro barco".

Este lunes Carmona pasa a ser un concejal 'raso' con orgullo ("¿quién dice que ser senador es más importante que ser concejal?", se ha preguntado), y sobre todo con la cabeza alta por plantar cara al partido: "Nadie se te sube encima si no doblas la espalda", sentenciaba.