Los pasajeros del crucero 'Costa Fascinosa', que vivieron el asesinato de cinco compañeros de viaje en el ataque terrorista cometido el martes en Túnez, han llegado a Palma entre el alivio de volver a casa en el caso de los españoles y las ganas de olvidar la tragedia de los que siguen el itinerario.

Gran parte de los 3.167 cruceristas han comenzado a descender la escalerilla del buque poco antes de 8.00 horas de esta mañana del barco, que ha atracado en el puerto hacia las 5.15 horas de esta madrugada.

Varios autobuses han salido de la estación llenos de turistas, muchos de los cuales se dirigían al aeropuerto para regresar a sus países de origen y otros a recorrer las calles de Palma para seguir con sus vacaciones, a pesar de lo ocurrido.

Marcelino, un pasajero mallorquín del Costa Fascinosa, el segundo de los cruceros con viajeros españoles a bordo que recalaba en Túnez en el momento del atentado, ha señalado que éste no les "pilló por diez minutos".

Así se ha manifestado en declaraciones a la prensa a la llegada del crucero en Palma, donde ha explicado que diez minutos antes del atentado estaban en el museo del Bardo, ha explicado mostrando una fotografía que se hicieron en ese edificio.

"Podíamos haber sido nosotros", ha indicado su sobrina, que ha explicado que en el momento del atentado estaban ya en el autocar y ha considerado que los terroristas no atacaron contra ellos porque "nuestro autobús era muy pequeño".

Así, ha señalado que cuando tuvieron conocimiento del atentado, fueron dirigidos de nuevo al barco, que ha permanecido dos días sin actividades durante el crucero como "duelo", han indicado las sobrinas de Marcelino, Mariela y Marta.

Otros lo hacían a pie y han contado cómo han vivido su experiencia, entre ellos Sergio Martí, de 29 años, que partió de Palma hace una semana con su novia Teresa Pizà, en un viaje que ha supuesto su primera salida de Europa.

Un ambiente "calmado"

Sergio ha narrado que "lo más cerca" que la pareja estuvo del ataque terrorista en el que murieron 23 personas, 18 de ellos turistas de varias nacionalidades, fue la conversación que mantuvo con un español que había estado en el museo tunecino diez minutos antes del atentado.

En su opinión, se veía "apatía" de parte de mucha gente, a la que se apreciaba "despreocupada" porque no se había visto implicada mientras se vivía un ambiente "calmado, más que triste".

Las actividades en el interior del crucero se cancelaron desde que ocurrió el ataque reivindicado por el Estado Islámico, y la información que se facilitó a los pasajeros ha sido escasa y pausada, han señalado los cruceristas, a los que se comunicó de lo ocurrido por megafonía y a partir de las 16.00 horas del pasado martes.

Sergio y su novia pudieron terminar su excursión de cuatro horas en Túnez y regresaron al barco, y ahora, tras el susto, ya "en casa" prevén "descansar un poco y comer con la familia", mientras se aprestan a decir que dudarían en volver a visitar un país de la región amenazada por yihadistas.

Josefa, su madre, quien ha estado esperándoles desde primera hora de la mañana, les abraza y después se va con ellos.

Para Patricia Tutibén, ecuatoriana, casada con un italiano y residente en Parlermo, llegar a Palma le ha dado tranquilidad.

"Prácticamente tuvimos fortuna porque habíamos reservado para el tour, y lo perdimos, pero igual nos fuimos en taxi y cuando regresamos al barco nos dijeron del atentado y nos quedamos en shock, fue un caos", ha narrado Patricia, que junto a su marido han decidido terminar el crucero y volver a Italia en el barco.

Ha asegurado que desde el puerto de origen los italianos ya viajaban con temor a Túnez porque ya ha habido una amenaza hacia ellos de parte de grupos extremistas islámicos.

"Yo no quería bajar por la información que leía y amenazas, en el último momento decidí hacerlo, pero me arrepentí", ha contado Patricia, para quien que la información a bordo del crucero sobre lo ocurrido ha sido incompleta.

Ha confirmado que muchos pasajeros que iban en el autocar que fue atacado en Túnez decidieron volver a sus países enseguida.

"Estos dos días hemos estado compartiendo este dolor, doy gracias a Dios porque pasamos esta experiencia sin lamentarlo", ha dicho aliviada Patricia.

Como ella, otros pasajeros, muchos italianos y franceses, han descendido del barco para recorrer una Palma gris a causa de la nubosidad y continuar el crucero, cuya siguiente escala será Marsella, donde muchos concluirán ya este viaje que, sin duda, será inolvidable.