El presidente catalán, Artur Mas, ha abogado hoy por avanzar elecciones sólo si son "plebiscitarias" y para lograr la independencia, con una lista única con políticos y representantes de la sociedad civil que él no exige encabezar, todo ello para construir un nuevo Estado en 18 meses.

Ante unas 3.000 personas congregadas en el Auditorio del Fórum de Barcelona, Mas ha trazado en su conferencia "Después del 9N: tiempo de decidir, tiempo de sumar" su nueva hoja de ruta soberanista ante representantes de partidos, instituciones y entidades soberanistas, como el líder de ERC, Oriol Junqueras, y la presidenta de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Carme Forcadell.

Mas, que mantiene así su desafío soberanista ante el Estado, ha abogado por una lista "amplia, transversal, fuerte y con un programa" a favor de la independencia, que cuente con representantes de la sociedad civil y expertos para construir un Estado catalán en un mandato de un año y medio, tras el cual habría un referendo para ratificar la independencia y elecciones "constituyentes".

El presidente catalán ha pedido "generosidad" a los partidos soberanistas para "dar un paso al lado" y confeccionar esta candidatura unitaria, condición que se aplicará también a sí mismo.

En este sentido, ha garantizado que, si encabeza la candidatura unitaria por el "sí" a la independencia y ésta gana por "mayoría absoluta", él no se volverá a presentar en las siguientes elecciones, que serían las "constituyentes" del nuevo Estado.

Y también ha garantizado que no pondrá como condición el ser cabeza de esta lista unitaria en las plebiscitarias: "También la puedo cerrar, puedo ser el primero y también el último", ha subrayado.

Ante la negativa del Gobierno central a negociar un referendo, el president ha admitido que el único instrumento que le queda para consultar a los catalanes sobre la independencia son unas elecciones, que ha remarcado que sólo las adelantará si partidos y entidades asumen el compromiso de convertirlas en un plebiscito.

Mas ha subrayado que, en España y a nivel internacional, se debe poder comprobar de forma "nítida y clara" los resultados favorables a la independencia, que no sea "malinterpretado ni discutido" y además se debe hacer sin "apartarse del marco legal existente", algo que, a su juicio, estará garantizado porque se hará la consulta a través del mecanismo de unas elecciones autonómicas.

El presidente catalán no ha anunciado ninguna fecha de elecciones anticipadas -ha dicho que incluso él desconoce este dato-, porque primero, ha asegurado, hay que determinar el "qué" y el "cómo".

Pero ha afirmado que, una vez se hagan estas plebiscitarias, los miembros de la lista unitaria constituirían una mayoría parlamentaria y un Govern que tendrían un plazo de unos 18 meses para gobernar el día a día, comunicar a las instituciones internacionales la intención de constituir un Estado catalán, preparar las estructuras y abrir negociaciones para hacer efectiva la independencia.

Tras las elecciones plebiscitarias, también se iniciaría un proceso de participación ciudadana para preparar las bases de una futura constitución catalana y, tras los 18 meses, habría unas elecciones "constituyentes" y un referendo para la proclamación definitiva del nuevo Estado, según ha dicho.

Ante la presencia del líder de ERC, Oriol Junqueras, en el público -que no ha aplaudido el discurso-, Mas ha pedido un esfuerzo de "generosidad" para lograr esta lista unitaria.

El president ha querido dejar claro que su propuesta es "exclusivamente" suya y no condiciona a ningún partido ni a los miembros del Govern, dejando así abierta la puerta a la negociación. Incluso ha admitido que parte de su gobierno, en alusión a Unió, podría discrepar.

En su discurso, Mas ha llamado así a "completar el proceso" iniciado hace dos años a favor del derecho a decidir, ya que "hay que saber si una mayoría de catalanes están a favor de crear un Estado nuevo o no, y actuar en consecuencia".

Ha defendido que el proceso soberanista se explica en parte porque el Estado "ha fallado y sigue fallando" a la mayoría de los catalanes, y, pese a que ha dicho que siempre debe dejar "una puerta abierta" a la negociación, ha admitido que es bastante "escéptico" a que haya un cambio de actitud, tras la querella a su entender "injusta" de la Fiscalía por el 9N contra él y miembros de su gobierno.

En varias ocasiones Mas ha sido interrumpido por aplausos de un auditorio con muchos representantes de la administración autonómica y afines a Convergència, que en algún momento han coreado vítores a favor de la independencia.