UPyD celebra este domingo un Consejo Político extraordinario para decidir si se alía con Ciudadanos en las citas electorales del año que viene, como abandera el "número uno" de la lista europea del partido, Francisco Sosa Wagner, y que, por el contrario, rechaza de plano el núcleo duro de Rosa Díez.

Por eso, no es probable que el eurodiputado logre imponer en el cónclave su criterio y vencer las reticencias que, en principio, parecen tener la mayor parte de los dirigentes de UPyD.

Francisco Sosa Wagner, "número uno" de la lista europea de UPyD, se sacó un órdago de la manga en pleno letargo veraniego al proponer un pacto con Ciudadanos y desencadenó un debate interno bastante agrio, que se libró por entregas a través de los medios de comunicación y en el que la dirección cerró filas en contra de unirse a la formación de Albert Rivera.

Para zanjar la polémica de una vez por todas y marcar una posición clara sobre la estrategia de pactos de UPyD, Rosa Díez decidió convocar a los 150 miembros del Consejo Político para que sea este órgano el que mañana decida si suman fuerzas con Ciudadanos o cada uno sigue por su lado, como en todo momento ha defendido ella.

Y si en UPyD esa posible fusión levanta más de una ampolla, en Ciudadanos es una idea que ven con muy buenos ojos hasta el punto de que Rivera ha aprovechado ese hueco de discrepancia para hacer campaña siempre que puede y ofrecer todo tipo de facilidades a su contrincante magenta.

El partido de Albert Rivera, que se estrenó a nivel nacional en las pasadas europeas con un resultado digno, al conseguir dos escaños, ve que una unión con UPyD podría ser electoralmente muy beneficiosa, pero es una opinión que no comparten ni Díez ni su entorno.

La líder de UPyD rechaza un acuerdo electoral con Ciudadanos porque no quiere que el mensaje de su partido, "claro y definido" en todo el país, quede diluido en otros proyectos, y, además, se siente fuerte para afrontar en solitario los comicios de 2015 tras constatar que en las europeas ha logrado la "implantación" en toda España, al crecer en todas las comunidades y superar el 8 por ciento del apoyo en más de la mitad de los territorios.

Esa es la posición que Díez pondrá mañana sobre la mesa frente a la visión de Sosa Wagner, que intentará convencer al cónclave de que el resultado de las europeas ha abierto un escenario político nuevo, con la irrupción de Podemos y la entrada en la arena nacional de Ciudadanos, que requiere de otras estrategias y de pactos con fuerzas análogas para seguir creciendo.

Defenderá, en todo caso, que sea la militancia la que decida en una consulta si respalda o no ese acuerdo con Ciudadanos.

En esta guerra, Sosa Wagner sólo ha tenido el apoyo abierto de otro eurodiputado, Fernando Maura, y de algún otro cargo regional porque aunque el filósofo Fernando Savater -uno de los fundadores de UPyD-, es proclive a esta unión y la ha respaldado siempre que ha tenido ocasión, se ha mantenido al margen de esta controversia por discrepar con la manera en la que el eurodiputado planteó la iniciativa y, sobre todo, por sus ataques a la dirección.

Ataques y acusaciones de prácticas autoritarias y de sectarismo que generaron mucho malestar y decepción en el círculo de poder de UPyD.

Por tanto, todo apunta a que la propuesta no va a cuajar mañana, aunque por primera vez sí habrá un debate muy intenso sobre esta cuestión que tanto enerva a Rosa Díez.