El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, advirtió ayer a CiU desde Lisboa de que tras la abdicación del rey Juan Carlos no es momento de hacer «política pequeña» en torno a la aprobación de la ley orgánica que regulará este paso y sobre la que CiU se abstendrá cuando se vote en las Cortes. Añadió que España es una «democracia avanzada» y con «instituciones fuertes» que van a estar «a la altura de las circunstancias» en este proceso.

«Nadie ha sido ignorado ni preterido y todo el mundo puede tomar las decisiones que estime oportuno y conveniente en base a su historia, su libertad, su trayectoria, sus propios intereses. Lo único que me gustaría es que en una cosa como esta no hiciésemos política pequeña», respondió el presidente.

En paralelo a la posición de CiU, se le preguntó al presidente si cree que el debate en el seno del PSOE entre monarquía y república puede avivar esta discusión en la sociedad española. Rajoy aprovechó la cuestión para alabar el comportamiento «serio, ejemplar y con sentido de Estado» de la dirección del PSOE y, especialmente, de su secretario general, «don Alfredo Pérez Rubalcaba». «Y no tengo la más mínima duda de la posición del PSOE en las próximas fechas», añadió

El presidente de la Generalitat y de CiU Artur Mas (CDC), y el secretario general de la federación y portavoz en el Congreso, Josep Antoni Duran (UDC), confirmaron ayer la abstención de su grupo cuando se vote la ley de abdicación en la Cámara Baja, y han pedido al futuro monarca, el príncipe Felipe, una «especial atención» con la consulta.

Deseo de «éxito» a don Felipe

Tras reunirse en la Generalitat, la decisión la han tomado, una vez conocida la posición de la permanente de CDC y de UDC de abstenerse en la votación, teniendo en cuenta que, a su juicio, la iniciativa legislativa se limita a aceptar la abdicación del rey, aunque sin olvidar que se debate en un momento en que hay «una clara actitud del Estado en contra de los intereses de Cataluña».

También han querido desvincular la abstención del futuro de la institución de la monarquía y de su próximo titular, a quien desean «todo tipo de aciertos y éxitos» por el bien de la sociedad española, y al que reclaman «una especial atención sobre cuál es la voluntad mayoritaria de la sociedad catalana», conscientes de cuáles son sus funciones constitucionales. Según Mas y Duran, el príncipe Felipe conoce bien el trato que recibe Cataluña por parte de la instituciones del Estado, como el deseo de los catalanes de ser consultados para decidir su futuro político.

Además, criticaron que, aunque han sido informados del contenido de la ley de abdicación, en ningún momento han sido llamados a participar previamente para decidir su contenido y el trámite legislativo, dado que había un acuerdo previo entre el PP y el PSOE.