Hoy entra en vigor un nuevo tipo de copago sanitario que afecta a los fármacos dispensados en las farmacias de los hospitales para enfermos graves, pero que no se aplica aún en ninguna autonomía, por rechazo o incapacidad para aplicarla, al menos desde el primer día de la efectividad de la medida.

Este tipo de copago está destinado a los medicamentos para pacientes no ingresados que sufran enfermedades graves y crónicas y afecta a 157 presentaciones farmacológicas de poco más de 50 medicamentos destinados a procesos crónicos o graves -oncológicos, hepatitis, reproducción asistida, la artritis reumatoide o degeneración macular, entre otros- que, hasta ahora, estaban exentos de pago.

Según la medida de Sanidad, los pacientes a los que se les dispensen estos productos en los hospitales deberán abonar una nueva aportación económica que rondará el equivalente al 10% del precio del medicamento, con un máximo 4,2 euros por envase.

El cálculo será proporcional a la dosis, por lo que la mitad de un envase tendría un coste de 2,10 euros.

Estos medicamentos, según señalan desde el ministerio de Ana Mato, "cumplen con las condiciones para ser considerados de aportación reducida, al tratarse de medicamentos de elección en el tratamiento de enfermedades graves o crónicas, y estando limitada su dispensación, en el ámbito del SNS, a los pacientes no hospitalizados en los servicios de farmacia de los hospitales".

La medida pone en práctica lo aprobado en el real decreto de 2012, pero ha concitado el rechazo de la mayoría de la oposición, que ha denunciado reiteradamente la "injusticia" de la medida.

Ahora, su aplicación vuelve a posponerse.