El extesorero del Partido Popular, Luis Bárcenas, reconoció ante el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz el pasado 15 de julio la existencia de un sistema de 'marketing directo' para la captación de donantes que se organizó en el año 1983 -época de Alianza Popular- y dejo de utilizarse sobre 1992 porque "la gente va falleciendo y el fichero cada vez rendía menos". El listado se construyó en base al IRPF y se mandaron cartas a un millón y medio de personas.

Así lo explicó el que fuera senador popular al magistrado a preguntas del abogado de la acusación popular ejercida por Manos Limpias Ángel Francisco Gómez, señalando que se recurría periódicamente a dicho fichero cuando se tenía "necesidad de recaudar algún fondo".

"En base a una información sobre contribuyentes en el impuesto sobre la renta de las personas físicas de determinados niveles de rentas, se hizo una acción de 'marketing' directo, con la que nos dirigimos mediante una carta solicitando ayuda, y con un sobre respuesta, a un millón y medio de personas o así, y como consecuencia de esa acción hubo las respuestas que hubo, se recaudó un dinero y se hizo ya un fichero", explicó el extesorero.

Bárcenas añadió que dicho sistema dejó de aplicarse en a principios de los 90 "porque la verdad es que la gente va falleciendo, cada vez el fichero rendía menos con lo cual no compensaba el gasto de la acción por 'marketing' directo con la recaudación porque prácticamente se equilibraban las cifras.

Sistema posterior

Desde ese año, eran los donantes los que llegaban a la sede del PP con su dinero en efectivo para hacer las aportaciones, según la declaración en sede judicial del extesorero a la que ha tenido acceso Europa Press.

A preguntas del juez Ruz, Bárcenas detalló el sistema de recepción de donaciones en B que él heredó de sus antecesores en el cargo, reconoció la autoría de los denominados "papeles de Bárcenas" y afirmó que sobre los pagos en B a dirigentes del partido "no se hacía ninguna retención" y "se entregaba el dinero en efectivo directamente en un sobre", siendo lo normal que "no se firmase recibo".

Tampoco se entregaba recibí a los donantes, "salvo en algunos casos", según Bárcenas, ya que "si el dinero era dinero percibido además por empresas que contrataban con la administraciones públicas, pues no se podía dar un recibo". Lo que si se entregaba, en algún caso, era una fotocopia del dinero en el banco.

Ruz preguntó también al extesorero de quien dependía que el dinero de los donantes se guardara en la caja fuerte que existía en el despacho del tesorero o se ingresara en el banco, ya que se hacían ambas cosas, a lo que Barcenas contestó que dependía de "los compromisos fijos de pago que había mensualmente".

El extesorero no pudo fijar una cifra que se mantuviera normalmente en la caja, pues ésta variaba "en función de las aportaciones que entraban". "No sabíamos cuando íbamos a recibir una cantidad, con lo cual intentábamos siempre mantener saldo suficiente para atender a los pagos".

Sobre la cuantía de dichas entregas, Ruz se interesó especialmente sobre si estuvieron por encima de los límites legales, que eran de 60.000 euros o 10.000.000 de pesetas hasta 2007; y de 100.000 euros a partir de 2007, a lo que Bárcenas contesto con un lacónico: "Sí, claro", para añadir que la superación de dichos límites era "habitual".

Lo sabían el presidente y el secretario general

En este punto, Bárcenas afirmó que, además de los extesoreros, él entendía que el conocimiento de que había donaciones en efectivo por encima de los límites legales lo tenían "como mínimo el presidente y el secretario general".

Ante esta respuesta Ruz insistió: "¿En las sucesivas etapas?", a lo que el extesorero afirmó: "Eso es. Fundamentalmente por un motivo, porque cada vez que había un donativo y lo recibía directamente Álvaro Lapuerta, Álvaro Lapuerta subía a ver al presidente o al secretario general y le decía, 'oye, ha venido a vernos tal persona y nos ha entregado esta cantidad'.

El juez central de Instrucción número 5 fue muy insistente en este punto y preguntó a Bárcenas si se informaba al presidente o al secretario general del monto global, y si lo hacía Lapuerta. Bárcenas contestó que así era, y que él no le acompañaba.

"Esto lo conoce porque se lo ha contado el señor Lapuerta", insistió Ruz en la declaración. "Yo esto lo conozco porque era la sistemática habitual, terminábamos la reunión y pedía ver al secretario general o al presidente y subía a trasladárselo".