El líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha anunciado hoy que si el PP vuelve a negar una vez más la comparecencia en el Congreso del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para que dé explicaciones sobre el caso Bárcenas, presentará una moción de censura.

Rubalcaba ha hecho este anuncio durante su intervención en la reunión del grupo socialista que se celebra en el Senado, donde ha justificado la utilización de este instrumento parlamentario con el argumento de que el caso Bárcenas ha desencadenado una crisis política "incalculable" y ha contaminado de forma "irremediable" la imagen de España.

Además, el grupo parlamentario socialista ha registrado hoy en el Congreso una nueva solicitud de comparecencia del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para que dé explicaciones por el caso Bárcenas, que deberá ser estudiada por la Diputación Permanente de la próxima semana.

De esta forma, según ha avanzado hoy mismo el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, los socialistas formalizan su octava petición para que Rajoy dé "cuenta de cuándo y cómo piensa asumir las responsabilidades políticas que se derivan" de las últimas revelaciones del extesorero del PP Luis Bárcenas, que consideran que deben provocar la "dimisión" del jefe del Ejecutivo.

"No quiero sustituir al presidente del Gobierno, lo que quiero es que venga a la Cámara, que venga a esta Cámara, que explique en esta Cámara, que podamos votar (...) Lo que no quiero es que en su huida hacia adelante se lleve la dignidad del Congreso de los Diputados, que es la sede de la soberanía popular", ha esgrimido.

El PSOE ha pedido ya siete veces la comparecencia de Rajoy en la Cámara Baja por el caso Bárcenas, todas ellas rechazadas por el PP, y Rubalcaba ha señalado que van a exigirlo una octava vez, en la Diputación Permanente prevista para la próxima semana, y ha anunciado que si el grupo mayoritario vuelve a negarse, presentará la moción de censura.

Ha admitido que el PSOE no tiene los votos suficientes para sustituir al presidente del Gobierno, pero ha dejado claro que presentará la moción de censura por la "dignidad" del Congreso y para obligar a que Rajoy comparezca y dé explicaciones.

"La oposición no tiene fuerza parlamentaria, ni para cambiar el Gobierno del PP ni para convocar elecciones", ha dicho, pero sí tiene "fuerza política y moral" para exigir a Rajoy que haga "un servicio a España" y dimita.

Según ha precisado, su intención con esta iniciativa es que se pueda debatir en el pleno del Congreso sobre el caso Bárcenas, no si hay otro dirigente del PP que sustituya al presidente, sino si Rajoy puede "continuar o no" en el caso.

Rubalcaba ha indicado que ese es el tipo de moción de censura que va a presentar, "en los límites del reglamento", aunque ha reiterado que el Gobierno con su "bloqueo" no les ha dejado otra solución.

"Es un problema de dignidad parlamentaria, que es tanto como decir de dignidad de la soberanía popular", ha apostillado, para sentenciar a continuación: "Lo vamos a hacer por convicción democrática, porque creemos que es lo que demanda la democracia española y porque creemos que es nuestro deber".

Y es que, de acuerdo con sus palabras, Rajoy tiene que abandonar la Presidencia del Gobierno y dejar paso a otra persona porque "sus hipotecas" con Bárcenas le inhabilitan para gobernar.

Durante su intervención, Rubalcaba ha descrito también la relación epistolar de Rajoy y Bárcenas, a la vista de los SMS que intercambiaron hasta el pasado mes de marzo, como "el apadrinamiento de un delincuente", haciendo suyos los términos empleados el pasado jueves por el portavoz del PP, Alfonso Alonso, para recriminar a la oposición su insistencia en sacar este asunto en el Congreso.

"El tono de cariño, protección y ánimo con el que Rajoy se dirige a Bárcenas no forma parte de la manera en la que un presidente de Gobierno debe dirigirse a un delincuente. Parece más bien la forma en la que alguien se dirige a su socio, a un socio que le puede acabar poniendo en apuros", ha advertido.

Así las cosas, Rubalcaba ha constatado que la dimisión de Rajoy no es sólo una solución a todo este asunto, sino que es "una exigencia democrática" y "un imperativo ético ineludible".

El PP podría posponer la moción hasta septiembre

El Partido Popular tiene en su mano que se celebre ahora o se posponga a septiembre el debate sobre la moción de censura que tiene previsto presentar el PSOE en caso de que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, no comparezca en el Congreso para dar explicaciones por el caso Bárcenas.

La intención del PSOE es esperar a la Diputación Permanente del próximo día 24 y, en caso de que el PP no acepte ahí la comparecencia de Rajoy, presentar la iniciativa de forma inmediata. El problema es cuándo se debatiría.

Esa incógnita radica en la fijación del periodo ordinario de sesiones que recoge la Constitución -el artículo 73 establece que "las Cámaras se reunirán anualmente en dos periodos ordinarios de sesiones, el primero, de septiembre a diciembre, y el segundo, de febrero a junio"- y en la falta de antecedentes para debatir una iniciativa de este tipo fuera de esos periodos.

Regulada en el artículo 113 de la Constitución y en los artículos 175 a 179 del Reglamento del Congreso, la moción de censura debe incluir la firma de, al menos, la décima parte de los diputados (35), contener el nombre de un candidato a la Presidencia del Gobierno e incluir una motivación.

Respecto a los plazos, la Constitución sólo establece que la votación de la moción no se puede celebrar hasta que no hayan transcurrido al menos cinco días desde su presentación.

El Reglamento del Congreso sí recoge la posibilidad de que se presenten mociones de censura en un periodo entre sesiones.

El artículo 179, que prohíbe que los firmantes de una moción de censura que se haya rechazado puedan presentar otra en el mismo período de sesiones, prevé asimismo que las presentadas en enero, julio o agosto, se imputen al siguiente. Sin embargo, la posibilidad de presentar la moción no implica que su debate tenga lugar de forma inmediata.

Así, si la moción de censura se presenta ahora -fuera del periodo ordinario- su tramitación exigiría la convocatoria de una sesión extraordinaria del Pleno del Congreso.

El Reglamento del Congreso no contempla la convocatoria automática de dicha sesión para una moción de censura, algo que sí hace para la declaración de los estados de alarma, sitio y excepción.

Por tanto, debería regirse por las reglas generales de convocatoria de sesiones extraordinarias, que se celebran a petición del Gobierno, de la Diputación Permanente o de la mayoría absoluta de los miembros del Congreso, tres opciones en manos del PP.

El Congreso celebra plenos en los meses de julio o enero desde que, en marzo de 2010, se llegó a un acuerdo para que hubiera sesiones plenarias extraordinarias en periodos inhábiles.

Para su convocatoria, se reúne en primer lugar la Mesa de la Cámara, que ve el orden del día que, a continuación, debe ser ratificado en una reunión de la Diputación Permanente.

De esta forma, si se presentara una moción de censura, en primer lugar debe ser calificada por la Mesa del Congreso -reunida de forma extraordinaria porque no hay periodo de sesiones- y, a continuación, se convocaría la Diputación Permanente para que, a su vez, decidiera la celebración de un pleno extraordinario.

El caso es que el PP cuenta con mayoría en ambos órganos, la Mesa y la Diputación Permanente, lo que determina que este partido tiene la última palabra para que el debate de la moción se aplace o no a septiembre.