El Partido Popular llega a esta Semana Santa tras haber pasado su cuaresma particular con el caso Bárcenas, dos meses de una crisis que está lejos de cerrarse y que tiene ya los tribunales como principal escenario.

Y es que la fortuna secreta de Luis Bárcenas, pero sobre todo la publicación de los "papeles" -las supuestas anotaciones del extesorero del PP con pagos de dinero negro a sus dirigentes, incluido el propio Mariano Rajoy- han convulsionado al partido en el Gobierno.

Como en toda cuaresma, el PP ha practicado el recogimiento y el ayuno, con menos apariciones públicas de sus dirigentes e incluso la suspensión de muchas de sus reuniones y ruedas de prensa habituales.

Aunque a los populares no les ha dado por la penitencia, porque han negado el pecado del que se les acusa: en todo momento el partido ha subrayado que no ha habido sobresueldos en B, y, en su relación con Bárcenas, ha pasado de no pronunciar su nombre a querer llevarlo ante el juez. Han sido intensas semanas en las que el PP no ha tenido una estrategia definida, o la ha ocultado.

Empezó prometiendo responder con contundencia y tardó más de un mes en presentar sus prometidas acciones legales y vio cómo al asunto de los "sobres" se sumaba un nuevo culebrón, esta vez laboral, con Bárcenas y otro imputado de Gürtel, Jesús Sepúlveda.

Todo ello con petición de dimisiones por parte de la oposición para Rajoy y otros miembros del Gobierno: Ana Mato como exmujer de Sepúlveda y supuesta receptora de los regalos de Gürtel, y Cristóbal Montoro como artífice de una polémica amnistía fiscal de la que se llegó a beneficiar una sociedad del propio Bárcenas.

Ha sido, en suma, una dura etapa para el partido llena de nervios, silencios y, como han reconocido algunos dirigentes, errores tácticos de comunicación. Cuando muchas miradas críticas apuntaban a María Dolores de Cospedal, Rajoy arropó en un multitudinario acto público a su número dos para que nadie cuestionara su liderazgo.

No obstante, han sido contadas las apariciones de la secretaria general y del resto de miembros de la dirección de los populares y, tras un largo paréntesis, el partido parece dispuesto a retomar su actividad con una ronda de debates con la ciudadanía que ayer inauguró la secretaria general en Ciudad Real con el empleo juvenil como tema.

Dirigentes populares han celebrado en varias declaraciones que el caso esté donde ellos querían, en manos de la justicia, aunque el proceso que ahora les espera es largo y arduo y no estará exento de complicaciones.

Empezando por el hecho de que el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz ha asumido las nuevas conexiones halladas por la Fiscalía entre pagos que aparecen en la contabilidad de la red Gürtel y donaciones al PP que figuran en las cuentas oficiales del partido.

Además, los populares tienen que remitir a Ruz numerosa documentación contable, aunque el informe que presentó la tesorera Carmen Navarro con la investigación interna del partido ya advertía de que el PP no cuenta con datos anteriores a 1995, desde ese año hay "series de datos" y sólo desde 2004 la información está completa y "completamente archivada".

Todo ello en un momento en el que aún no se ha cerrado el contencioso entre Ruz y el juez Javier Gómez Bermúdez sobre quién es competente para quedarse con los "papeles", aunque parece que tiene las de ganar el primero de ellos.

El PP no reunirá finalmente mañana a su comité de dirección, que sí había previsto celebrar, y que se aplazará hasta el regreso de las vacaciones de Semana Santa, según han informado a Efe fuentes de la formación.

Este órgano, que se reúne habitualmente los lunes, no se convoca desde el pasado 4 de marzo, cuando tras el encuentro no hubo comparecencia de prensa.

Siguen pues los populares silenciosos. Aunque el que planea estar callado de verdad es el propio Bárcenas, que ya advirtió el viernes al juez Ruz de que no piensa hablar más, aunque le vuelvan a llamar a declarar.

Así que al PP y su extesorero, junto a la expectante ciudadanía, les queda esperar a que el proceso siga su curso y sean las pruebas y el juez que las analice, los que decidan.