El rey sirvió en bandeja la mejor anécdota de la recepción oficial con la que cada año se celebra el día de la fiesta nacional, al responder a los periodistas que le preguntaron sobre el alcance de la crisis política con Cataluña: "No me vais a sacar ni una palabra más. El jamón está muy bueno".

En el comedor de gala del Palacio Real, despojado de mesas para la ocasión, y abarrotado por casi un millar de invitados que combatían el calor como buenamente podían, el jefe del Estado departió animadamente con muchos de ellos tras el saludo protocolario, restringido este año a autoridades y políticos.

Entre ellos estaban los periodistas, que por unos momentos hablaron con él de lo austero del desfile militar que poco antes había tenido lugar en el Paseo de la Castellana y de su próximo viaje oficial a la India.

Pero también sacaron a colación el asunto de Cataluña, sin olvidar que fue el rey quien, antes de que el presidente de la Generalitat, Artur Mas, convocara elecciones anticipadas en un ambiente caldeado por el debate soberanista, alertó en un mensaje contra quienes auspician divisiones y alientan "quimeras".

"¿Sevilla, decís?", bromeó el monarca cuando escuchó la palabra Cataluña en boca de los "plumillas" que le rodeaban tratando de que no se les escapara nada de cuanto decía el jefe del Estado.

Sin perder el humor, don Juan Carlos añadió: "No me vais a sacar ni una palabra más. El jamón está muy bueno". Carcajada de los periodistas y cambio de tercio.

El ambiente en el cóctel posterior a la recepción fue similar al de años anteriores, con la salvedad de que la infanta Elena, que por vez primera no estuvo presente junto a los reyes y los príncipes en el saludo protocolario en el Salón del Trono, aguardó en esta ocasión con los demás invitados al término de ese saludo.

Las apreturas dificultaron el trabajo de los camareros, a los que les costó Dios y ayuda hacer accesible las bebidas y el jamón elogiado por el rey.

La salida humorística del monarca no fue seguida por el príncipe de Asturias que, metros más allá, también recibía saludos acompañado por la princesa Letizia; los periodistas insistieron con él sobre Cataluña y don Felipe sí que dio una opinión, y situó la cuestión en el contexto preelectoral catalán.

El calor reinante en el salón había obligado a abrir las ventanas para aliviar el sofoco con aire fresco, y obsequiando a quienes quisieron aprovecharla con una magnífica vista del Campo del Moro y, más allá, la Casa de Campo.