El titular del Juzgado de Instrucción número 29 de Madrid ha acordado a última hora de la tarde de hoy la libertad sin fianza de Rafael Fernández García, alias el Rafita, uno de los condenados por el asesinato de la joven Sandra Palo en 2003.

Así mismo, el magistrado ha acordado que el imputado tenga la obligación de acudir al juzgado siempre y cuando lo requiera la autoridad judicial, ha informado a Efe el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.

El juez ha abierto diligencias previas para investigar una triple imputación que ha hecho la policía: robo con fuerza a vehículos a motor, pertenencia a grupo criminal (penalmente correspondería a delito de asociación ilícita) y atentado contra la autoridad por agredir supuestamente a los policías que le detuvieron ayer.

El Rafita, que no declaró ante la policía, sí lo ha hecho en el juzgado, ha añadido la misma fuente.

Fernández García fue detenido ayer, jueves, al mediodía, después de varios meses de investigación y con la intervención de una docena de agentes del Cuerpo Nacional de Policía, dos de ellos disfrazados de barrenderos para acercarse al conocido delincuente sin levantar sospechas.

Opuso resistencia a su detención ayudado por numerosos familiares y allegados, según la Jefatura Superior de Policía.

El Rafita, que el 5 de diciembre próximo cumplirá 24 años, tenía una orden de busca y captura desde agosto de 2011 por su vinculación con una banda dedicada a robar y desguazar vehículos, después que consiguiera escapar de una operación policial en la que fueron detenidos en la Cañada Real un grupo de veinte personas presuntamente relacionadas con él.

La policía, que le buscaba desde entonces, supo de su paradero "recientemente" y montó un operativo que terminó este jueves con su detención en la calle Concejo de Teverga, en Entrevías, en el distrito madrileño de Puente de Vallecas.

El 17 de mayo de 2003, tres menores de edad, entre ellos el Rafita -entonces con 14 años- perpetraron el asesinato de Sandra Palo, una joven de 22 años que padecía una minusvalía psíquica, a quien violaron y atropellaron en repetidas ocasiones con un automóvil antes de prenderle fuego.

Por este caso, el Rafita, juzgado como menor de edad, permaneció en centros de internamiento durante cuatro años al cabo de los cuales quedó en situación de libertad vigilada.