Los ciudadanos creen que la situación económica pasa por su peor momento desde que comenzó la crisis, según el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de febrero, que también muestra un aumento de la preocupación por el desempleo, que roza el récord de los últimos diez años.

El 89 por ciento de los encuestados califica la situación económica de "mala" o "muy mala", frente al 86,6 por ciento que la entendía así un mes antes.

Además, según este sondeo -elaborado entre el 1 y el 13 de febrero, justo cuando el Gobierno aprobó su reforma laboral-, el paro sigue siendo la mayor preocupación de los españoles, y así lo cita el 84 por ciento, seguido de los problemas económicos, que menciona el 52,3 por ciento.

Este porcentaje sobre la preocupación por el paro roza el récord alcanzado en mayo de 2011, cuando fue citado por el 84,1 por ciento.

También aumenta el porcentaje de ciudadanos pesimistas con el futuro, ya que el 34,2 se teme que vaya a empeorar en el próximo año, frente al 29,6 por ciento anterior, y se reduce tres puntos la cifra de los que vaticinan una mejoría, hasta el 18,2 por ciento.

Además, seis de cada diez ciudadanos piensa que la situación económica está peor que hace un año, y sólo el 4,1 por ciento cree que ha mejorado.

Frente al elevado porcentaje que califica el panorama económico de malo o muy malo, sólo un 0,6 por ciento de los encuestados lo considera bueno o muy bueno, y para el 10 por ciento la coyuntura está "regular".

Después del paro y los problemas económicos, la clase política es la tercera inquietud de los ciudadanos, al citarla el 19,4 por ciento de los encuestados, seguida de la corrupción y el fraude (8,6 por ciento) y la sanidad (7,1 por ciento).

En estos casos, la preocupación por la clase política ha aumentado 1,6 puntos con respecto al barómetro de enero, aunque baja bastante, 3,7 puntos, el desasosiego por la corrupción y el fraude.

También se reduce un punto la inquietud de los españoles por la sanidad, mientras que aumenta la que sienten por la educación, que escala hasta convertirse en el séptimo problema, citado por el 6,3 por ciento de los ciudadanos.

Por otro lado, el terrorismo se ha convertido en un problema residual para la sociedad cuatro meses después de que ETA anunciara el fin definitivo de la violencia, y ya sólo constituye una preocupación para el 1,7 por ciento de los encuestados, uno de los porcentajes más bajos de la historia.

Como es habitual, el CIS ha preguntado sobre el escenario político y, un mes y medio después de la toma de posesión del Gobierno de Mariano Rajoy, el 55,1 por ciento de los sondeados considera que dicha situación es "mala" o "muy mala", cuando en enero el porcentaje era dos puntos inferior.

De la misma manera, baja el porcentaje de los que ven que el panorama es "bueno" o "muy bueno", el 7,8 por ciento frente al 8,3 por ciento de un mes antes.

Tampoco son optimistas en este aspecto, y el 21,8 por ciento presagia que la situación política será peor dentro de un año -2,2 puntos más que en enero- mientras un mayor porcentaje, del 38,5 por ciento, no espera cambios.

La mitad (51,6 por ciento) cree además que la coyuntura política está igual que hace un año, aunque a uno de cada cuatro ciudadanos (el 25,3 por ciento) le parece que ha empeorado y sólo el 15 por ciento aprecia una mejoría.

El Centro de Investigaciones Sociológicas ha introducido una pregunta en su barómetro de febrero sobre el temor de los ciudadanos a perder su empleo y el 72,5 por ciento se muestra bastante tranquilo porque lo ve "poco" o "nada" probable.

Sin embargo, entre los que están en paro no cunde el optimismo, y el 56,8 por ciento de los encuestados desempleados ve poco o nada probable encontrar un trabajo en los próximos doce meses.