El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha decidido adelantar las elecciones generales al 20 de noviembre, decisión que ha justificado por el "interés general", en ningún caso electoral, y para que un nuevo Ejecutivo pueda asumir desde el 1 de enero la gestión del ejercicio de 2012.

Zapatero ha revelado la nueva fecha de los comicios en la rueda de prensa posterior al último Consejo de Ministros del curso político y ha explicado que había optado por comunicar hoy esta decisión, "pensada y madurada" desde hace tiempo, para "proyectar certidumbre política y económica sobre los próximos meses".

"Era razonable que las elecciones fueran en otoño. Era lo natural, lo razonable, por muchas razones", ha manifestado.

Ha insistido el jefe del Gobierno en que el adelanto electoral no responde a una "expectativa electoral" sino al "interés general y responsabilidad institucional", todo ello para que el nuevo Gabinete formado tras los comicios "esté el 1 de enero al frente del país con todas sus facultades" para hacerse cargo de la economía.

De hecho, Rodríguez Zapatero ha hecho hincapié en que el anticipo de los comicios es "bueno para la economía" y ha reseñado los últimos datos económicos, como la EPA o la reducción del déficit.

Según el jefe del Ejecutivo, confirman "cierto cambio de tendencia positivo que el Gobierno cree que continuará en el futuro inmediato".

Además, ha enfatizado que el Gobierno "va a cumplir todos los compromisos para consolidar el crecimiento y la recuperación de empleo".

Sin querer hacer comentario alguno sobre el candidato socialista a las elecciones, Alfredo Pérez Rubalcaba, Zapatero ha explicado que antes de la disolución de las Cortes -el 26 de septiembre- todavía habrá tiempo para aprobar las leyes y reformas económicas que están en fase final de tramitación.

Con este fin, ha pedido un "esfuerzo especial" a los grupos parlamentarios para sacarlas adelante.

Además, a este paquete legislativo se sumará un decreto ley con nuevas medidas económicas que el Gobierno pretende aprobar el 19 de agosto y cuyo contenido no ha concretado más allá de anticipar una reforma del impuesto de sociedades y la reducción del gasto farmacéutico.

Muchas de las preguntas de la rueda de prensa han girado sobre la forma en que Zapatero ha tomado su decisión y las personas a las que ha consultado, pero él se ha limitado a reiterar que había decidido el adelanto "hace tiempo", y a asegurar que no iba a hacer "un relato" de todos con los que ha hablado al respecto.

Por el contrario, sí ha comentado por qué había optado por comunicarlo hoy precisamente, en su última comparecencia ante la prensa antes del verano.

"Si he decidido anunciarles en el día de hoy el calendario electoral es para proyectar certidumbre política y económica sobre los próximos meses, sobre lo que queda por hacer, sobre lo que vamos a hacer y sobre la fecha electoral", ha remarcado.

Preguntado por si deja el Gobierno con "sensación de fracaso" después de las malas perspectivas electorales para el PSOE que reflejan las encuestas y el resultado de las elecciones del pasado 22 de mayo, Zapatero ha respondido que "no es el día hoy del balance".

"Es el día de decir a los españoles que van a elegir un próximo Gobierno el 20 de noviembre", ha continuado el presidente quien ha dicho que hoy no iba a haber "balance ni consideraciones" sobre expectativas electorales.

Ha descartado que esté pensando en escribir sus memorias -"No. Eso ya le digo que no", ha señalado- ha adelantado además que no repetirá como diputado en el Congreso, donde ocupa un escaño desde 1986 ni acudirá, al igual que el pasado año, a la tradicional fiesta de septiembre que organiza UGT en Rodiezmo (León).

Zapatero ha respondido aludiendo a su responsabilidad como presidente del Gobierno a una pregunta sobre si el adelanto electoral es la última píldora amarga que ha tenido que tomar por culpa de la crisis.

"Cuando ya se ha sido presidente del Gobierno durante más de siete años, se sabe que lo más importante es cumplir con el deber que tienes, con la responsabilidad -que es una gran responsabilidad-, de pensar en el interés general, por encima de cualquier otro y uno se queda satisfecho con uno mismo si piensa que con las decisiones que toma sirve mejor a su país", ha concluido.