Ocho de cada diez ciudadanos, el 85,6 por ciento, cree que la corrupción está "muy" o "bastante" extendida en España, frente a un 5 por ciento que piensa que hay "poca" o ninguna corrupción en el país, según el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) del mes de junio.

Además, este sondeo apunta un nuevo récord en la percepción que tienen los españoles de la clase política como problema, ya que lo ve así el 24,7 por ciento de los encuestados.

De esta manera, los políticos siguen como tercera preocupación, tras el paro (citado por el 82,6 por ciento) y la economía (47,0 por ciento).

También pregunta el CIS por el movimiento 15-M, que el 50,2 por ciento de los consultados ha seguido con "mucho" o "bastante interés" y el 26,7 por ciento con "poco interés".

Del conjunto de ciudadanos interesados por este fenómeno (el 76,9 por ciento del total), un 70,3 por ciento lo ve "positivo" o "muy positivo".

El trabajo de campo de la encuesta se hizo entre el 2 y el 9 de junio, después de las movilizaciones de los "indignados" y las elecciones autonómicas y municipales, mediante 2.472 entrevistas.

Los encuestados ven implicados de forma similar al PSOE y al PP en casos de corrupción, aunque colocan levemente por encima a los "populares".

IU figura como el partido al que perciben menos afectado, y en una franja media están CiU, CC y el PNV.

Además, los españoles piensan que las Comunidades Autónomas son las instituciones donde la corrupción está más extendida.

Así lo cree el 76,0 por ciento, mientras que un 73,7 por ciento ve "muy" o "bastante" extendida la corrupción en los ayuntamientos, y el 72,4 por ciento en la Administración Central.

Y los ámbitos donde se localiza este fenómeno son para la mayoría la concesión de obras públicas (85,3 por ciento), seguido de la construcción (81,1 por ciento) y la concesión de subvenciones (79,4 por ciento).

Como colectivos más corruptos figuran los políticos en primer término (86,6 por ciento), seguidos de los empresarios (69,3 por ciento) y los jueces (52,9 por ciento).

Por debajo están los empleados públicos, un colectivo donde según el 48,4 por ciento la corrupción está "muy" o "bastante" extendida, y los policías, con un porcentaje que baja al 45,5.

También revela el CIS que el 61,2 por ciento prefiere a un político honrado aunque poco eficaz, frente a un 10,1 por ciento que apuesta por un político corrupto pero buen gestor.

Y sobre el papel de los partidos, el 69,4 por ciento no piensa que se esfuercen en perseguir la corrupción entre sus miembros, dentro de un país donde más de la mitad de los encuestados (el 54,6 por ciento) afirma que los españoles no cumplen las leyes.

Al ser preguntados por el funcionamiento de la Administración, el 42,4 por ciento cree que si un empleado público pudiera ayudar a un familiar o amigo, lo haría "por encima de todas las cosas" y un 29,1 por ciento aventura que actuaría así pero sin perjudicar a nadie.

Preguntados por el principal acto de corrupción, los españoles se decantan por los sobornos a cargos o empleados públicos a cambio de recalificar un terreno; piensa así el 91,2 por ciento, mientras el 74,4 por ciento destaca la contratación de familiares o amigos por un político aunque no estén preparados.

Por otro lado, el barómetro de junio confirma un ascenso de 2,6 puntos en la percepción de "la clase política y los partidos políticos" como un problema, al superar la marca del anterior muestreo y llegar a un 24,7 por ciento de menciones.

El desempleo rebaja el 84,1 por ciento de mayo a un 82,6 por ciento, pero sigue siendo la mayor preocupación, por delante de los problemas económicos, que apenas suben del 46,6 al 47 por ciento.

Quedan en cuarto puesto la inmigración (11,8 por ciento), y tras ella la inseguridad ciudadana (7,7 por ciento).

En esta encuesta los ciudadanos se muestran más pesimistas que antes de las elecciones del 22 de mayo, tanto en lo político como en lo económico.

Así, la situación económica es vista como "mala" o "muy mala" por ocho de cada diez ciudadanos (el 81,7 por ciento) y la política se ve negativamente por el 69,5 por ciento; ambos porcentajes empeoran los datos de mayo.

Y de cara al futuro, sube al 18,4 por ciento el porcentaje de optimistas que opinan que la economía mejorará, y baja al 27 por ciento el de los pesimistas que consideran que empeorará.

De la situación política aumenta también el porcentaje de quienes vaticinan que mejorará en un año (hasta el 15,3 por ciento), aunque también sube el de los que dicen que empeorará (el 22 por ciento).