El vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha recibido hoy el aval del Comité Federal del PSOE para competir en las primarias que elegirán al sucesor de Zapatero y ha prometido salir "a por todas" en las generales de 2012, no para tener una derrota digna, sino para ganar al PP.

Tendrá que esperar, como mínimo, hasta el 18 de junio, después de que el máximo órgano del PSOE entre congresos haya abierto hoy el proceso de primarias y haya establecido de plazo hasta el 13 de junio para presentar candidaturas, algo poco probable dada la unanimidad de los socialistas en torno a la figura de Rubalcaba.

La suya, de momento, ya está sobre la mesa, porque el Comité Federal le ha dado su aval, de manera que no será necesario que reúna firmas.

Si otro aspirante consigue el apoyo del 10 por ciento de los militantes, los socialistas tendrán que ir a las urnas el 26 de junio, y la proclamación del vencedor se postergaría hasta el 2 de julio.

La duda está en saber si una vez que sea elegido cabeza de lista a las generales debe seguir como vicepresidente, portavoz y ministro del Interior, algo que ha dudado que pueda hacer el líder del PSOE extremeño, Guillermo Fernández Vara, en cuya opinión tendría que dejar alguna de sus responsabilidades a partir de otoño.

Todos los dirigentes socialistas que han tomado la palabra hoy han respaldado la candidatura de Rubalcaba, y han rechazado que pueda interpretarse como un "dedazo", ya que el partido ha abierto formalmente las primarias.

Otra constante en las intervenciones de los asistentes, excepto en la del propio Rubalcaba, ha sido la ministra de Defensa, Carme Chacón, a quien todos han agradecido su "generosidad" por retirarse de la carrera sucesoria.

Chacón ha asistido con semblante serio a la reunión y, en la señal interna de televisión que ha ofrecido el PSOE a los medios de comunicación en la sede del partido, apenas se le ha visto cruzar palabra con Rubalcaba, sentado como siempre a su lado.

Rubalcaba ha intervenido al final de la reunión para comunicar oficialmente lo que todos sus compañeros esperaban desde hace tiempo: "Llevo 37 años en el PSOE y siempre he estado a disposición de mi partido y de mi país y no voy a dejar de hacer algo que he hecho durante toda mi vida", ha proclamado.

"Honestamente" convencido de que cuenta con el apoyo de mucha gente, ha esgrimido tres razones más por las que ha aceptado este reto: por sus ideas, por los simpatizantes y militantes y por los dirigentes socialistas, sobre todo por aquellos que se presentaron a las elecciones del 22-M y que perdieron por ser del PSOE.

No quiere, sin embargo, ser el "mal menor" para el PSOE ni dedicarse sólo a salvar los muebles en las próximas elecciones generales, sino que aspira a "una victoria democrática" con la que desarrollar el proyecto socialista.

Rubalcaba se presentará a las elecciones con el bagaje de los gobiernos socialistas, y ha garantizado que se siente responsable "de todas y cada una" de las medidas y las reformas emprendidas por el Ejecutivo de Zapatero.

De él, ha dicho que es "un corredor de fondo", a quien habrá que agradecer con el tiempo las políticas que está desarrollando ahora porque darán sus frutos.

La reunión la había abierto Zapatero defendiendo el nombre de Rubalcaba como su sucesor con el argumento de que es el más "querido y apreciado" por los socialistas y el más respetado por los adversarios.

"Alfredo, podemos hacerlo en 2012", le ha conminado, después de recordar las victorias del PSOE desde 1982.

Y es que Zapatero está convencido de que "un esprínter" como Rubalcaba, que es capaz de correr cien metros en poco más de diez segundos, es capaz también de ganar unas elecciones "en menos de diez meses". Una vez que sea elegido, según Zapatero, todo el PSOE debe estar cohesionado en torno a él.