¿Existe el votante fiel que mantiene su lealtad al mismo partido contra viento y marea a lo largo de años y legislaturas? Pues si se mira el mapa electoral español desde los comicios de 1979 parece que en algunos lugares sí y que además, mayoritariamente, es del PSOE.

Barcelona, Girona, Gijón, Elche o Getafe son algunas de las ciudades donde siempre, inalterablemente desde hace 32 años, los votantes han elegido al PSOE como partido más votado.

A estas ciudades, si se busca entre las capitales de provincia y los municipios mayores de 75.000 habitantes, se suman otras como Hospitalet, Terrasa, Mataró o Reus, todas ellas con gobiernos socialistas desde aquel lejano 1979.

El caso de la hegemonía del PSOE en estos municipios del "cinturón rojo" de Barcelona no se repite en ningún otro partido, donde sus "fieles" están mucho más repartidos y no mantienen la adhesión a unas mismas siglas durante tanto tiempo.

En el caso del PP, hay que recordar que no concurrió con estas siglas a las elecciones hasta 1989, tras su refundación y cambio de nombre desde la antigua Alianza Popular.

El partido que preside Mariano Rajoy tiene entre sus "feudos" más emblemáticos a Santander, donde gobierna ininterrumpidamente desde 1983 ya que en los primeros comicios, en 1979, el triunfador fue la UCD.

Algo similar ocurre en Ávila. Fue UCD quien salió vencedor en las urnas en 1979 y excepto en los comicios de 1987, cuando ganó el CDS, el PP siempre ha sido el partido más votado.

También en Burgos el PP ha sido el partido más votado desde 1991, aunque ya en 1983 gobernó la ciudad el Partido Demócrata Popular, uno de los que después integraría Alianza Popular.

Lo mismo ocurre en Castellón, donde el PP ha gobernado desde 1991, rompiendo la tónica de los tres anteriores comicios (1979, 1983 y 1987) cuando el PSOE fue el partido vencedor en las urnas.

En Soria, las últimas elecciones dejaron, tras una apretada victoria (el PSOE sacó al PP 541 votos), un alcalde socialista que rompió la hegemonía popular en esta capital castellana y, con ella, el mito del "granero de votos" del PP.

Pero quizá el municipio mayor de 75.000 habitantes donde los votantes han permanecido más fieles al partido que ahora lidera Mariano Rajoy es Pozuelo de Alarcón, en Madrid, donde siempre ha ganado el PP, aunque en 1987 fue su antecesor, AP, quien se hizo con la Alcaldía.

En esta comunidad hay otros ejemplos de fidelidad absoluta, en este caso al PSOE. Aunque parece que el "cinturón rojo" catalán es el "más rojo", en determinados municipios del sur de Madrid aún se puede hablar de esta tendencia en el voto.

En Getafe y Fuenlabrada este color se ha mantenido inalterable en la Alcaldía desde los comicios de 1979, mientras que en Leganés, Alcorcón o Móstoles el peso del PSOE se ha ido rebajando, superado por el empuje del PP en la Comunidad de Madrid.

El PP tiene su mirada puesta en estos municipios, como demuestran las palabras del consejero de Presidencia de la Comunidad, Francisco Granados durante la presente campaña electoral: "Del llamado cinturón rojo de Madrid no va a quedar ni la hebilla, tras el 22 de mayo".

Prueba de que este asunto no sólo preocupa al PP fue la rápida contestación del PSOE. Pedro Castro, alcalde de Getafe, respondió: "En unos años, no sólo nos quedará la hebilla, sino todo el cinturón rojo, y más que cojamos".

Izquierda Unida alardea de los cinco alcaldes que ha tenido en Córdoba, de los veinte años de gobierno en Marinaleda (Sevilla) o de sus tradicionales victorias en los municipios madrileños de Rivas-Vaciamadrid o San Fernando de Henares.

El PNV, por su parte, puede presumir, de haber ocupado la Alcaldía de Bilbao desde hace tres décadas y aunque no hay más capitales de provincia en su poder desde 1979 sí cuenta en su lista de votantes fieles a los de otras localidades como Getxo y Galdákano.

CiU no tiene ninguna gran ciudad talismán, pero en el pequeño municipio de Seva, situado en la comarca de Osona, o en Castellar de N'Hug, se pueden encontrar a algunos de sus militantes y votantes más leales desde hace décadas.

En el caso de las comunidades autónomas, entre las que ahora celebran elecciones sólo dos, Extremadura y Castilla-La Mancha, han estado gobernadas siempre por un mismo partido: el PSOE.

Las urnas dirán el próximo domingo si la tendencia se mantiene en estas dos regiones o se da una ruptura que, de producirse, en ambos casos provocaría todo tipo de lecturas políticas, sobre todo con la mirada puesta en las próximas elecciones generales.

En el ámbito municipal, lo que ocurra en Barcelona, Soria, Leganés o Córdoba va más allá de un resultado electoral porque el simbolismo de estas ciudades para los partidos no es un secreto.