El fiscal Pedro Rubira ha mantenido hoy su petición de 140 años de cárcel para los dirigentes etarras Ibon Fernández Iradi, "Susper", y Ainhoa García Montero, "Laia", como cooperadores necesarios en el atentado con coche-bomba en el que murieron dos trabajadores de la empresa Elektra de San Sebastián en 2001, y que estaba destinado al concejal del PSE-EE Iñaki Dubrueil.

En el juicio que hoy se ha celebrado ante la sección tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, presidida por Alfonso Guevara, tanto "Laia" como "Susper" se han negado a ser interrogados y, en concreto, Fernández Iradi ha dicho que no tenía "nada que declarar".

Según ha expuesto Rubira en su informe final, a pesar de que en otros dos juicios celebrados por este atentado los acusados resultaron absueltos, "respecto a 'Laia' y 'Susper' existen pruebas más que suficientes para lograr una sentencia condenatoria".

En su escrito de conclusiones, el fiscal, que también reclama una indemnización de 300.000 euros para las familias de los trabajadores asesinados, relata cómo García Montero, entonces integrante del 'comando Buruntza' junto a Fernández de Iradi, facilitó a la dirección de la banda la información necesaria para cometer el atentado.

Acto seguido, ha comparecido Iñaki Dubreil que ha relatado que el atentado se produjo cuando llegó a Martutene desde Ordicia en el tren y en el momento en que cruzó la carretera para dirigirse a la empresa se produjo la explosión del coche-bomba.

A raíz del atentado, el edil, que ha explicado que tenía escolta desde diciembre de 2000 y que no tenía coche ni carné de conducir, le fue otorgada la incapacidad absoluta que hace un año le han cambiado por incapacidad total, por lo que el fiscal ha pedido que sea indemnizado con 21.000 euros por los acusados.

Los policías que han comparecido en la vista han recordado que el coche-bomba -un Renault 18 con matrículas dobladas de Bilbao- estaba compuesto por siete kilos de explosivo y fue activado con un radio-mando.