A partir de ahora será más fácil condenar a los que maltratan a los animales porque ya no será necesario demostrar que ha existido ensañamiento.

Como le pasó a Espera, una perra que tiene las patas deformadas porque pasó el primer año y medio de vida atada con una correa de apenas 50 centímetros. Comparte refugio con Daisy que huye de cualquier contacto con personas porque su dueño le cortó una pata.

A sus agresores no les pasó nada, sus actos quedaron impunes, pero ahora la ley ha cambiado, ya no hace falta ensañamiento para que se siente un maltratador en el banquillo. Por lo que, actos como estos dejarán de ser considerados faltas y pasarán a ser delitos. Se estima que los procedimientos judiciales aumentarán un 300 por ciento.