La tercera jornada de huelga de los controladores franceses ha provocado esta mañana la supresión prevista de vuelos, aunque los aeropuertos funcionan prácticamente sin problemas ya que los viajeros afectados evitaron acudir a ellos.

Según la emisora France Info, el aeropuerto con más alteraciones es el de París Orly, donde la Dirección General de la Aviación Civil (DGAC) instó a las aerolíneas a suprimir la mitad de los vuelos programados habitualmente.

En Orly se han visto más perjudicados los enlaces nacionales, a excepción de los vuelos a las Antillas francesas, que en principio deberían mantenerse todos.

Los controladores protestan contra la reorganización del espacio aéreo para su unificación en la Unión Europea.

La protesta, que comenzó ayer por la tarde y se prolongará hasta mañana por la mañana, ha provocado retrasos y conexiones anuladas en una decena de vuelos de la compañía británica Easyjet programados en Orly.

En Roissy Charles de Gaulle -el otro aeropuerto de la capital francesa y el de mayor actividad del país-, la situación era también conforme a las indicaciones de la DGAC, con un 20% de conexiones menos que un día normal.

Como Air France, las compañías aéreas optaron por mantener las líneas intercontinentales de larga y media distancia y por renunciar a otras interiores y europeas de corta distancia. Así suprimieron muchas de las que conectan con países vecinos como Alemania.

En Niza -tercer aeropuerto francés por tráfico- se suprimieron un 10% de los vuelos, sobre todos los que unen la capital de la Costa Azul con París.

Un caso particular se daba en Lille-Lesquin, donde la huelga provocó que hoy no quedara ninguna conexión programada, y que el aeropuerto estuviera cerrado.

El de Lille no estaba afectado por los servicios mínimos, que la DGAC garantiza en los diez mayores aeropuertos de Francia.

La Aviación Civil advirtió de que, además de la huelga, el tráfico aéreo en Francia podría verse afectado por el paso de un frente de tormentas que atraviesa el país de oeste a este.

La razón del paro, convocado por cinco sindicatos -pero no el mayoritario SNTCA-, es denunciar la reestructuración del espacio aéreo europeo para la unificación en varios bloques cada uno de los cuales integraría a varios países, cuando hasta ahora la competencia es de cada Estado.

Los organizadores del movimiento temen en particular que los 4.400 controladores franceses y los otros 8.000 empleados de la DGAC pierdan su estatuto de funcionarios al ser absorbidos por una estructura junto a sus colegas de Alemania, Suiza, Bélgica, Holanda y Luxemburgo en FABEC (Fonctional Airspace Block Europe Central), que representa el 55% de la actividad europea.