El Estatut no ha logrado unir a los grupos parlamentarios, que han presentado distintas resoluciones para pedir respeto al sentir de identidad nacional de Cataluña -nacionalistas-, para buscar vías que adecúen a la Constitución los artículos corregidos por el TC -PSOE- y para apelar al proyecto común de España -PP-.

Salvo el PSC, las fuerzas políticas que hace tres días apoyaron una declaración de mínimos en el Parlament -ERC, ICV y CiU- habían pactado una enmienda para que el Congreso respaldase el documento del Parlament, donde se transcribe el preámbulo del Estatut, que definió a Cataluña como nación.Una iniciativa a la que finalmente no ha querido adherirse el PSOE, lo que, a juicio del resto de fuerzas políticas, ha colocado a los socialistas catalanes en una posición incómoda y contradictoria.

Pero los socialistas catalanes han justificado su voto contrario a esas propuestas aduciendo que la resolución del PSOE era más completa y más ambiciosa, pues iba más allá de la mera reproducción del preámbulo del Estatut para proponer una salida al conflicto generado tras la sentencia del Constitucional. Incluso tampoco han podido mantener la unidad entre las fuerzas que se definen como catalanistas, habida cuenta de que ICV se ha abstenido en la votación de la propuesta del PSOE, en tanto que CiU y ERC se han manifestado en contra.

Los socialistas, según ha explicado el diputado Eduardo Madina, han presentado un texto que reconoce la legitimidad plena del Tribunal Constitucional para emitir sentencia sobre los recursos presentados al Estatut y subraya la obligación de acatar dicho fallo, aunque admite el derecho a opinar sobre el mismo. Una resolución que expresa la disposición del PSOE a "explorar los caminos constitucionales" que permitan modificar aquellas partes del texto estatutario que el TC ha corregido.

Soraya Sáenz de Santamaría, en nombre del PP, ha acusado al Gobierno de no tener "una idea clara de España", y ha recalcado que el debate sobre el Estatut "nació para que José Luis Rodríguez Zapatero intentara ganar unas elecciones autonómicas y se quiere revivir precisamente para no perderlas".

Josep Sánchez Llibre, en nombre de CiU, ha reiterado que su grupo no comparte la sentencia del TC, con la que se ha escrito "una de las páginas más tristes de Cataluña y España". Por ello, ha instado al Congreso a defender el contenido del Estatut y su pleno desarrollo, así como a reconocer que "no hay tribunal que pueda juzgar nuestros sentimientos y voluntad. Somos una nación y no debemos renunciar a la satisfacción plena de nuestras aspiraciones de autogobierno".

Un paso más allá ha ido el portavoz de ERC, Joan Tardà, quien ha afirmado que el fallo del TC denota que "la Cataluña que quiere ser no cabe en esta Constitución, y para no cambiar la Constitución pretenden cambiar Cataluña".

"Pues no vamos a cambiar, su incomprensión nos reafirma en nuestro anhelo; si no cabemos en la Constitución española debemos hacer una Constitución catalana en la que caber", ha reivindicado, tal y como pide su resolución, porque el pueblo catalán "tiene derecho a decidir si opta por independizarse".

Finalmente, Joan Herrera (ICV) ha defendido su propuesta de resolución alegando que hace falta un compromiso con un calendario concreto para desarrollar el Estatut y el autogobierno catalán, porque "no hay ninguna sociedad tan plurinacional y plurilingüística como ésta, aunque algunos interpreten la Constitución de forma tan estrecha que ya casi no cabemos en ella".

Desde el grupo mixto, Rosa Díez (UPyD) ha anunciado su voto contrario a todas las propuestas que "propugnan el incumplimiento de la sentencia del TC, tanto a las más alambicadas, como las del PSOE, como a las más claras, de los nacionalistas".