La Presidencia española de la Unión Europea pasó desapercibida para el 40 por ciento de los españoles y, entre quienes lo sabían, casi un tercio (31,5 por ciento) considera mala o muy mala la gestión que ha llevado adelante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero frente a un 17,7 por ciento que la elogia y un 38,5 por ciento que la califica de regular.

Así se desprende del Barómetro de Opinión correspondiente al mes de junio hecho público hoy por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que realizó entre el 2 y el 14 de junio un total de 2.479 entrevistas en 238 municipios y 50 provincias con un margen de error de más menos el 2 por ciento.

La mayoría de los encuestados admite importarle poco o nada las noticias relacionadas con Europa y además se siente poco o nada informado sobre los asuntos que abordan los 27, pese a que un 78 por ciento opina que las decisiones adoptadas por la UE afectan mucho o bastante a su vida cotidiana.

El estudio señala que siete de cada diez españoles piensa que España influye poco o nada en las decisiones que adopta la Unión Europea, frente a un 16,5 por ciento que opina que lo hace bastante o mucho. En todo caso, el 44,5 por ciento tiene claro que las cosas nos irían peor que ahora si nuestro país no se encontrara entre los 27, frente a un 15,2 por ciento que opina que mejorarían.

En este sentido, un 38,3 por ciento de las respuestas apunta a que el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero defiende mal o muy mal los intereses de España ante la UE, frente al 17,6 por ciento que piensa lo contrario y al 35,4 por ciento que considera que lo hace regular.

En concreto, de los problemas a los que ha tenido que hacer frente España durante este semestre es la situación económica de Grecia la que más ha llamado la atención de los encuestados, seguida de la crisis económica europea y mundial y de las medidas adoptadas para combatir la crisis del continente.

El barómetro revela que seis de cada diez ciudadanos considera que la última palabra en las decisiones importantes debería tenerla siempre los gobiernos de los Estados miembros, especialmente en asuntos como la sanidad, la educación o la política social.

De hecho, la mayoría de los españoles consultados cree que sólo las decisiones correspondientes al medio ambiente y la política exterior y de defensa deberían adoptarse por parte de las instituciones europeas.

Entre las prioridades de la UE, los españoles citan en primer lugar la necesidad de incrementar los mecanismos de vigilancia y control financiero, y en segundo lugar mencionan el avance en los derechos de los europeos.