La presidencia española de la UE llega hoy a su término y cede el testigo a Bélgica después de seis meses marcados por la crisis y las medidas aprobadas para frenar las amenazas al euro y sentar las bases de una política económica común entre los socios europeos.

El mandato español deja como legado haber sido la primera presidencia rotatoria con el Tratado de Lisboa y sus nuevas instituciones y haber aprobado la estrategia económica comunitaria para esta década.

También será recordada por la suspensión de las cumbres con Estados Unidos y la Unión por el Mediterráneo, los terremotos de Haití y Chile, los primeros pasos de la orden de protección de las víctimas de la violencia machista y los acuerdos con América Latina.

El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, hará esta tarde balance de la presidencia en un acto convocado en la Casa América de Madrid con la asistencia de representantes del mundo académico, sindicatos, empresarios y ONG.

Será el último acto antes de que Bélgica tome mañana las riendas, lo que se escenificará en Madrid con el izado de su bandera en la sede de las instituciones europeas.

El jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, evaluará los resultados del semestre en una comparecencia prevista en Estrasburgo ante el Parlamento Europeo el próximo 6 de julio.

El interés del Ejecutivo en dar a conocer los logros alcanzados durante su mandato hará que todos los ministros comparezcan durante la primera quincena de julio ante la Comisión Congreso-Senado para la UE.

La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, abrirá la ronda mañana y la concluirá Moratinos el día 13, en vísperas del debate sobre el estado de la nación.