La operación para liberar al "Alakrana" estaba "planeada, pero se desechó porque se ponía en grave riesgo la vida de los tripulantes", dijo este sábado Ignacio Frutos, comandante de la fragata de combate "Canarias", que vigiló y controló al atunero vasco durante todo el secuestro.

Los militares españoles descartaron desde el primer momento una operación de asalto para liberar a los marineros españoles, secuestrados durante 47 días por piratas somalíes, e intentaron su captura, sin éxito, cuando abandonaron el barco el pasado martes.

Así lo ha puesto de manifiesto, en una entrevista con EFE, el capitán de fragata Ignacio Frutos, comandante de la "Canarias", que participa en la misión "Atalanta" de la UE contra la piratería en los mares del Índico y que controló al "Alakrana" durante todo el secuestro.

Tras asegurar que la "máxima prioridad era no poner en riesgo la vida de los tripulantes", el comandante ha explicado que la "Canarias" aumentó sus capacidades de guerra naval especial y "siempre estuvo preparada para actuar en una situación extrema, si corría peligro la vida de los tripulantes".

Otra de las opciones que se contemplaron fue la de detener, de forma encubierta, al "Alakrana" en su tránsito tras ser capturado, pero también se desechó, según ha agregado Frutos, por el propio diseño del barco pesquero, que tiene sistemas para evitar su inmovilización mediante mecanismos acuáticos.

Respecto a la captura de dos piratas, que ahora están encarcelados en España y pendientes de ser juzgados por la Audiencia Nacional, el capitán ha precisado que en el "proceso de retención se siguió a rajatabla" el protocolo establecido por las autoridades españolas y la operación "Atalanta".

Ha insistido en que siguió "estrictamente" las órdenes de sus mandos, en este caso el Mando de Operaciones del Estado Mayor de la Defensa.

El comandante ha afirmado que durante los 47 días de secuestro no tuvo contacto directo con el "Alakrana" y sólo al final, cuando los últimos piratas abandonaron el barco, recibió una llamada del patrón, comunicando la salida de los últimos piratas.

Entonces, la "Canarias", que se encontraba a una distancia para "ver sin ser vistos", puso en marcha una operación para "asegurar la liberación, evitar la recaptura y la detención de los piratas".

Para detener a los piratas huidos se envió un helicóptero que intentó pararlos disparando por la proa primero y después sobre el motor, ha relatado el comandante. "Pero los piratas no se amedrantaron y siguieron su camino a la costa, a menos de una milla, y llegaron a tierra. Una vez en tierra no estamos autorizados a intervenir ni por la legislación nacional ni por la operación Atalanta", ha precisado.

Sobre si los piratas trasladaron a tres tripulantes a tierra, que ha sido objeto de polémica, ha dicho que se enteró por la prensa y que no manejó información al respecto.

Por otra parte, el comandante ha comentado que "con más fuerza militar se pueden contrarrestar más acciones contra la piratería, pero ha considerado que "para acabar con esto hay que hacer más esfuerzos" en otros niveles como el político y diplomático.

También ha subrayado que la operación "Atalanta" ha tenido "éxitos" en su primer año de vida y ha opinado que bloquear los puertos base de los piratas, que propone España a la UE, puede ser otra medida más para combatir la piratería.

El comandante se ha declarado "totalmente satisfecho de haber cumplido con su deber, y eso no hubiera sido posible sin la dedicación y esfuerzo de la tripulación para que hayamos podido estar en todo momento con el Alakrana, contribuir a su liberación y seguir cumpliendo la misión Atalanta".