El presidente del PP, Mariano Rajoy, anunció ayer que el Partido Popular (PP) va a reforzar su código ético ante la posibilidad de que se produzcan, en su seno, casos de corrupción, con el objetivo de que este código sea incluso "mucho más exigente" de lo que dice la ley. Así lo aseguró el presidente de los populares durante el coloquio posterior a su intervención en el XII Congreso Nacional de la Empresa Familiar, que ha reunido en Zaragoza durante tres días a representantes de algunas de las empresas más importantes del país.

Rajoy anunció que va a llevar esta propuesta de reforma al próximo Comité Ejecutivo del partido con el fin de endurecer el código ético del PP pero con el ánimo de evitar los riesgos que produciría una excesiva burocracia.

La corrupción, ha dicho, es "absolutamente inaceptable" en cualquier faceta de la vida, y los ciudadanos deben mostrarse "claros, enérgicos y contundentes con las personas que hagan lo que no deben, y lo he dicho en el Comité Ejecutivo".

Asimismo pidió prudencia y "mucho cuidado" con los juicios paralelos puesto que en un Estado de Derecho con una "democracia avanzada" es necesario respetar el secreto de sumario, toda vez que hay veces en las que hay personas que se demuestra, añadió, que no han hecho lo que se les imputa pero que son condenadas por juicios "paralelos o mediáticos".

Sobre quienes sean culpables, sin embargo, sí que debe de caer "todo el peso de la ley", enfatizó el dirigente popular, quien emplazó a los partidos políticos a que se haga un esfuerzo por "elegir lo mejor posible".

También rechazó la idea de que todos los que se dedican a la vida pública están "involucrados" en casos de corrupción porque la mayoría de las personas que él ha conocido en el tiempo en el que se ha dedicado a la vida pública son "gente muy decente".

"Aunque puedan tener más tentaciones, los dirigentes políticos no son mejores ni peores que los ingenieros de caminos, los empresarios o los periodistas", recalcó.

Por otra parte, Rajoy propuso ayer la reforma fiscal y del mercado de trabajo, además de una profunda revisión del sistema educativo y del funcionamiento institucional como medidas estructurales que es necesario acometer para salir de la crisis económica.

El presidente popular se mostró, con estas propuestas, en sintonía con las reclamaciones empresariales puestas de manifiesto estos días durante el citado Congreso de la Empresa Familiar, que ha reunido a representantes de las principales empresas del país y que ayer clausuró el ministro de Fomento, José Blanco.

En su intervención detalló las reformas "estructurales" que propone el PP contra la crisis y que pasan por acometer una reforma fiscal, que no sea "por talonario" (en referencia a los 400 euros), sino que esté dirigida a apoyar la inversión empresarial con la rebaja del impuesto de sucesiones.

Además, reclamó la reforma del mercado de trabajo, la Formación Profesional, la cobertura de vacantes o la negociación colectiva, y aunque reconoció que sería "mejor" acometerla "con consenso", también dijo que la falta del mismo "no puede eximir al Gobierno de cumplir sus responsabilidades". Otras reformas que se requieren, a su juicio, son las relacionadas con la Justicia; con el sistema energético y con las administraciones públicas.