ETA asesinó ayer con un artefacto explosivo a dos jóvenes guardias civiles en Palmanova, en el municipio de Calviá, la zona más turística de Mallorca, un día después de que intentara una matanza con una furgoneta-bomba contra la casa cuartel de Burgos, y en la víspera del 50 aniversario de la fundación de la banda. Los dos agentes murieron pasadas las dos de la tarde al ser alcanzados por la explosión de una potente bomba que destrozó completamente el coche patrulla en el que se encontraban y que estaba aparcado junto a un cuartel del instituto armado.

Carlos Sáenz de Tejada García (Burgos, 1980) y Diego Salva Lezaun, nacido en Pamplona en 1982, aunque residente en Mallorca desde hace años (su padre es un conocido urólogo de la isla), eran dos jóvenes agentes que habían ingresado en la Guardia Civil el año pasado, por lo que llevaban muy poco tiempo prestando servicio en el instituto armado. El primero estaba en su primer año de servicio (llevaba once meses) y el segundo era un guardia alumno en prácticas. Los dos eran solteros. En el momento del atentado las víctimas mortales, que trabajaban en labores de mantenimiento y estaban de servicio, vestían de paisano, según explicó el delegado del Gobierno en Baleares, Ramón Socías. Al parecer los agentes subieron al vehículo cuando lo dejó un brigada para llevarlo a una revisión de mantenimiento.

El guardia Carlos Sáenz de Tejada había recibido su destino hace sólo tres días, aunque llevaba en la isla algo más de seis meses, según informó la familia. Hasta que ingresó en la Benemérita vivía con sus padres en la capital burgalesa y tenía dos hermanas mayores. Uno de sus primos explicó que no tenía miedo al terrorismo e incluso "su primera idea cuando entró en la Guardia Civil era ir a las Vascongadas", afirmó.

Con poco más de 20 años ingresó en el Ejército Profesional y prestó servicio durante varios años en la Unidad de Transmisiones I, con sede en la Base militar "Cid Campeador", de Castrillo del Val (Burgos). Precisamente un primo de la víctima vive con su familia en el edificio situado frente a la casa cuartel de la Guardia Civil de Burgos que sufrió un atentado ayer de madrugada.

Las primeras investigaciones habían barajado la posibilidad de que se tratara de una bomba-lapa adosada a los bajos del vehículo o también un artefacto activado a distancia por los terroristas y que se encontraría junto al coche patrulla de los agentes. Fuentes de la investigación apuntaron la hipótesis de que los terroristas colocaran el artefacto instantes antes de la explosión junto al vehículo, o incluso encima del techo, una vez que los agentes estaban en su interior. Uno de ellos salió despedido fuera del coche a la calzada y fue atendido pero no se pudo hacer nada por su vida.

El propio ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que visitó el lugar del atentado junto a la ministra de Defensa, Carmen Chacón, y expresó sus condolencias y solidaridad, visiblemente emocionado, a los familiares y compañeros de los dos agentes asesinados, aseguró que se siguen investigando las circunstancias de la explosión y si se trata de una bomba-lapa o no.

Rubalcaba sí confirmó que los artificieros hicieron explosionar unas horas después, a media tarde, y de forma controlada en los aledaños de otro cuartel de la Guardia Civil, una bomba-lapa colocada en otro coche patrulla ante la imposibilidad de desactivarla tras desalojar viviendas y comercios próximos. Este coche llevaba más de un mes en desuso y estaba aparcado a unos 500 metros del lugar del atentado.

Precisamente la bomba-lapa fue también el método terrorista utilizado en el anterior atentado mortal de ETA, el asesinato del inspector de Policía Eduardo Puelles en Arrigorriaga (Vizcaya) el pasado 19 de junio.

Ante las fundadas sospechas de que los etarras continúen en Mallorca, las Fuerzas de Seguridad del Estado han puesto en marcha la conocida como "Operación Jaula" y han bloqueado los accesos a la isla por mar y aire, cerrando el aeropuerto, uno de los de mayor afluencia de España con más de 86.000 viajeros diarios, en especial durante el verano debido a la afluencia de turistas a Baleares.

El puerto de Palma fue cerrado al tráfico y se establecieron controles en las carreteras para intentar localizar a los autores del atentado, el primero registrado en Mallorca con víctimas mortales. El lugar de la explosión es una zona muy concurrida de Palmanova -el cuartel está en la calle Miquel dels Sants Oliver- junto a una oficina de Correos y en la que hay muchos hoteles, apartamentos turísticos y cafeterías y que ha quedado acordonada y cerrada al tráfico. De hecho la calle del atentado está a 200 metros de una playa muy frecuentada por el turismo internacional.

Dentro del perímetro agentes del cuerpo lloraban y expresaban su indignación por el atentado. El lugar escogido por los terroristas se encuentra a ocho kilómetros del Palacio de Marivent, la residencia veraniega de los Reyes, que tienen previsto llegar a Mallorca mañana 1 de agosto.

Desde hacía aproximadamente una semana, las Fuerzas de Seguridad del Estado se encontraban en máxima alerta ante la posibilidad de que ETA perpetrara un atentado inminente, coincidiendo con el cincuenta aniversario de su fundación el 31 de julio de 1959.

Mientras sigue la investigación y la búsqueda de los autores, la capilla ardiente con los dos agentes se abrirá en el Palacio de la Almudaina de Palma, y será visitada esta mañana por Zapatero y Rajoy. En la Almudaina ambos serán recibidos por el presidente de Baleares, Francesc Antich, y el ministro Rubalcaba, y todos se desplazarán a la catedral de Palma, donde a las 13 horas tendrá lugar el funeral por los dos jóvenes, que será presidido por el Príncipe Felipe.

Entre tanto, tendrá lugar en el Consulat de Mar de la ciudad una reunión del Govern balear y, a las 12 horas, una concentración ante la sede del Ayuntamiento en la que participarán las principales instituciones de Baleares.