Cuando los perros miramos a alguien no nos fijamos en el color de su pelo, tampoco en el de su piel. Sólo vemos su interior. Sentimos el miedo del asustado, la pena del que está triste o el amor del que quiere querernos. ¿Nos enseñas cómo eres por dentro? Te esperamos en la Protectora de Animales.