Hace poco vi una publicación donde se mostraba una colonia de gatos situada en un colegio y el propio centro escolar había decidido gestionarla de manera ética. Habían esterilizado a los animales y les habían proporcionado un espacio para colocar la comida y el agua, así como refugios para el frío y la lluvia. Este hecho me parece un referente muy importante a la hora de resolver esta situación, que además es habitual encontrar.

Pues bien, hoy he recibido la llamada de una amiga que es profesora de otro colegio y me ha comentado que tienen un problema con los gatos, ya que hay una colonia descontrolada y el número de animales es muy elevado. Me explica que se acercan a los niños y éstos les tocan, cosa que preocupa a algunos padres, ya que piensan que pueden transmitirles enfermedades. El desconocimiento y desinformación, tanto por parte del colegio como por parte de los padres sobre estos animales, puede ocasionarles graves daños. Pero los niños también salen perdiendo si se les limita su capacidad de desarrollo, al no aprovechar lo que estos animales les pueden ofrecer, si se resuelve el asunto de una manera adecuada y responsable.

Lo adecuado sería que empezaran a esterilizar a los animales y que les habilitaran un espacio donde no tuvieran que mezclarse con los niños. También sería positivo informar a los padres y madres sobre el riesgo real de contagio de enfermedades, que es mínimo o casi inexistente (si se desparasita a los animales y se mantienen unas condiciones de higiene adecuadas).

Además, se puede utilizar esta situación para que los niños aprendan a convivir desde el respeto con los gatos callejeros, enseñándoles a tratarlos de manera adecuada y con responsabilidad. El hecho de que un niño se relacione con un gato conlleva más beneficios que riesgos, tanto para su salud tanto física como psicológica.Los animales tienen muchísimas cosas que enseñarnos y en el caso de los niños más aún. Por ello, lo más sano es aprovechar los beneficios bidireccionales de esta situación cuando se dé, para que nadie salga perjudicado y todos ganen. ¿Cómo hacerlo? Convirtiendo el problema en una oportunidad educativa para los niños, a la vez que se mejora la calidad de vida de los animales.