El cambio climático está teniendo gravísimas consecuencias para los animales. Es lógico, ellos basan sus ciclos vitales en la climatología. Si ésta sufre alteraciones y por ejemplo prolonga el calor, su reloj biológico se para. Por eso, un grupo de investigadores, a través del proyecto Lindus, está midiendo las consecuencias de todo esto. De momento ya sabemos que muchas golondrinas se están quedando a pasar el invierno con nosotros y que otras aves que anidaban en África ahora lo hacen en nuestro país. Todo eso, a su vez, afecta a especies que se ven desplazadas y, en definitiva, al (des)equilibrio de la naturaleza.