Lo primero en esos casos es mantener la calma. Para empezar, debes coger todas las reseñas posibles de dónde se encuentra el animal y pedir ayuda inmediata a las autoridades. Éstas tienen protocolos de asistencia para este tipo de emergencias. Si, mientras llega la ayuda que ellos te envíen, ves que parar tu vehículo a su lado puede provocar un peligro para la seguridad vial, no lo hagas. Pero si, por el contrario, no existe peligro, debes bajar a acompañar al animal, él siempre te lo agradecerá. Sin embargo, en este último caso sí hay varias cosas que debes tener en cuenta. Una principal es que tengas mucho cuidado al acercarte a él. Si el animal está atropellado, es muy posible que, al intentar tocarlo o cogerlo, reaccione mordiendo, agrediendo o, incluso lo que aún sería peor, huyendo. En este último caso todo se complica aún más, ya que puedes exponerlo a un nuevo peligro. Por eso, en esos momentos es muy importante estar superpendiente de la actitud que muestre el animal -puedes valorar si está asustado, o por el contrario tranquilo y moviéndonos la cola, etc-. Va a ser muy bueno para él que le hables suavemente y con cariño. Eso lo calmará y le hará sentirse protegido. También puedes taparlo con alguna manta o con ropa, lo que le ayudará a evitar la pérdida de calor corporal. Y, por último, permanece a su lado hasta que lleguen a recogerlo. Después, podrás marcharte con la total seguridad de que ese día, tú has sido su ángel de la guarda.